HAY DÍAS Y DÍAS

Hay días y días...

 Hay días claros y brillantes y en donde el sol sale con la fuerza de un sublime dominador y son de esos días en que el sol te hace daño. Es cuando uno comprende la necesidad que se tiene de usar gafas de sol y para poder mirar alrededor y no para llevarlas sobre la cabeza. No sé si os fijasteis pero hay personas que las llevan como un complemento más y haga sol o haga lluvia, las llevan siempre sobre su pelo. Por no entrar al trapo sobre el estilo de esas gafas, pues como son gafas de sol, al parecer no hay ningún sentido estético y se llevan de todos los colores y formas o con DG más grande que las propias gafas.

Hay otros días, en que todo se oscurece y se llena de nubes y nubarrones negros. Cielo amenazante, se llama, pues su amenaza se basa en que siempre puede ir a peor. Y normalmente se acierta y acaban cayendo gusarapos del cielo. Pero hay que salir de casa igual, te mojes o no y porque en estos días desapacibles, se puede ver el otro lado de las cosas. No todo va ser primavera y fiestas de colores. ¡coño!.

También hay otros que entran directamente en el caos. Relámpagos, truenos esplendorosos y rayos a destajo y siempre acompañados de abundante lluvia. Son días de refugio y de quedarte en casa. Estufa, sofá y una buena película. O sea tranquilidad ante la fuerza de los elementos, pues estos cuando se cabrean lo hacen de verdad, pero son como un mal polvo, mucho entusiasmo al principio y para acabar enseguida. Hay quién también le llama, eyaculación precoz.

Por último, hay días en donde dominan los vientos y todo son remolinos y golpes de viento. Son días descontrolados y en donde es mejor no ponerse a pensar, pues son días dados a las locuras y a los pensamientos alucinantes. Si controlas bien tus pensamientos y por supuesto, tus alucinaciones, pueden ser días extremadamente productivos, pues son dados a ideas creativas.

 Y como antítesis de estos días anteriores, están los días de calma chicha y donde no se mueven ni las hojas. Estos días son ideales para los jipis, bueno para los que quedan y para fumarse un buen canuto. Y para echarse un buen polvo da igual el día que sea, pues haga o no haga viento, llueva o no llueva, haga frío o calor, un buen polvo siempre es agradecido, por lo menos aún lo era en los remotos tiempos en que yo aún follaba. Como siempre tiro una chinita y para ver si alguien se compadece de esa enfermedad incurable que padezco y que se llama Saliditis.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR