Y al parecer se quitaron del medio 9 canales de televisión y yo aún con estos pelos y menudo disgusto me he llevado. 9 canales de mierda, salvo alguno en el ponían películas viejas y resesas, pero que alguna caía en mis ávidos ojos y el otros en que ponían documentales de pajaritos y de serpientes malas. Pero en general, era todo una mierda y pinchada a un palo. Aparte que los que se quejan pertenecen a los dos grandes grupos de las televisiones privadas, Atresmedia y Mediaset, que en tiempos del muy afanado gobernante llamado Zapatero, se dedicaron a copar la televisión y al final se quedaron ellos solitos con casi todas las cadenas privadas.
Como siempre pasa en ésta sociedad capitalista la competencia no dura ni dos segundos y al final, se compite entre dos monopolios. El pez grande se come al chico y se hace más grande y por último se convierte en el único. Y como no se regula por el Estado y no se ponen unas normas claras que eviten los monopolios, sino que al revés se les sirve en bandeja y se les deja a su aire en su comportamiento de pirañas, pues nada, que seguiremos chupando de las dos cadenas privadas. Esas que nos regalan las películas con una advertencia en los descansos, señores son 8 minutos de publicidad (que más bien son 50), y que gracias a ellos usted puede ver ésta película. No si al final, nos están haciendo el favor a nosotros.
Voracidad de gran grupo y como todo gran grupo que se precie, repito que ellos dicen que existen por hacernos el favor a nosotros. Aquí no hay leyes antimonopolio, aquí hay monopolios sin fronteras y es en lo único en que las fronteras se saltan, en que sus tentáculos no tienen límites. Aún así estos señores que dirigen éstas dos empresas de la comunicación, buscan apoyo y solidaridad y contra un Gobierno que se lo puso todo en bandeja, e igual que el de Zapatero y ahora y por una resolución judicial, van y se lo quitan. Pues a mi pena, ninguna y la solidaridad me la guardo para los que realmente la necesitan. ¡He dicho!.
Como siempre pasa en ésta sociedad capitalista la competencia no dura ni dos segundos y al final, se compite entre dos monopolios. El pez grande se come al chico y se hace más grande y por último se convierte en el único. Y como no se regula por el Estado y no se ponen unas normas claras que eviten los monopolios, sino que al revés se les sirve en bandeja y se les deja a su aire en su comportamiento de pirañas, pues nada, que seguiremos chupando de las dos cadenas privadas. Esas que nos regalan las películas con una advertencia en los descansos, señores son 8 minutos de publicidad (que más bien son 50), y que gracias a ellos usted puede ver ésta película. No si al final, nos están haciendo el favor a nosotros.Voracidad de gran grupo y como todo gran grupo que se precie, repito que ellos dicen que existen por hacernos el favor a nosotros. Aquí no hay leyes antimonopolio, aquí hay monopolios sin fronteras y es en lo único en que las fronteras se saltan, en que sus tentáculos no tienen límites. Aún así estos señores que dirigen éstas dos empresas de la comunicación, buscan apoyo y solidaridad y contra un Gobierno que se lo puso todo en bandeja, e igual que el de Zapatero y ahora y por una resolución judicial, van y se lo quitan. Pues a mi pena, ninguna y la solidaridad me la guardo para los que realmente la necesitan. ¡He dicho!.
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