Y de repente ese día con tiempo tan maravilloso del que yo hablaba, se convirtió en un aguacero y el cielo se tiñó de gris amenazante o sea tipo gallego. Que Galicia sí que es preciosa y todo lo que que se quiera, pero el tiempo que hace allí, hace que en cambio de piel se tengan escamas que envuelven a tu cuerpo y como tiene que ser, con mucho cariño. Y no sé de que viene la fama de que los gallegos somos cariñosos, supongo que será porque hablamos de morriña (echar de menos) y esas cosas. Y porque usamos muchos los diminutivos que convierten a las simples palabras, en palabras cariñosas y usamos la terminación en iño y no es lo mismo decir, amor que amorciño o mi vida que vidiña o tonto que tontiño. ¿A qué no es igual?Y también supongo que será por nuestra cadencia en el habla, pues el gallego es un lenguaje meloso y muy musical. Después y como en todos los idiomas hay cuarenta variantes diferentes, pero de eso sólo se enteran los enterados del idioma. Los demás sólo sabemos que unos jejean y dicen Jalicia y otros cierran más el acento y casi nadie les entiende, salvo los de su zona o comarca y por el medio quedan un buen montón de variantes. Y dice una canción que hay un gallego en la luna, luna... y yo me lo creo, pues debajo de cualquier piedra hay un gallego debajo. Con razón en Sudamérica se les llama a los españoles, gallegos y todo por la emigración que sufría y sufre mi pueblo.
Los gallegos debemos ser sufridores, pues nos desenvolvemos muy bien dentro del sufrimiento y todo se rodea de cierto aire melancólico. Además nos entusiasman los cementerios y el reino de los muertos y los mejores cementerios y con mejores vistas, son los gallegos. Se junta todo, el clima y la frecuencia de nieblas con un bosque espléndido y lleno de humedades. Se junta la herencia Celta y su culto a los muertos con paisajes verdes y agrestes y con mares que cuando se cabrean hacen temblar a la tierra.Y nos quejamos poco, pues tendemos a ser callados y prudentes, pero tenemos un punto débil, que somos obedientes y sumisos y por tanto, nos cuesta rebelarnos y además aplicamos con demasiada frecuencia, el por si acaso... El por si acaso mañana lo necesito, el por si acaso mañana tengo que pedirle un favor a esa persona o el por si acaso no me vaya a meter en un pleito o me ponga una denuncia...Pero algo malo teníamos que tener, el ser como esclavos de nosotros mismos. Y quizá y quizá algún día los gallegos y junto al resto del mundo, le demos la vuelta al mundo.
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