BUENAS NOCHES

Aún me queda un pequeño resquicio para escribir algo más, pues en 20 minutos escribí lo anterior, por tanto me quedan 10 minutos. ¿Qué se puede contar en 10 minutos?, pues algo que sea conciso y corto. Ahora con los horarios soy cuadriculado y los cumplo a rajatabla y tengo un cuchillo de sierra a mi vera  y si no cumplo, juro que me cortaré los huevos. Es como esos simuladores que se hacen un pequeño tajo con un cuchillo sin filo y al mismo tiempo que están llamando a todo el mundo.

También se les denomina, llamadas de atención. Y todo porque se sienten solos y desamparados y ¡claro que se tienen que sentir solos!, porque al que tiene que escucharles le va a caer un chaparrón de penas lastimeras y al final, todos huyen espantados. Sí señor, si tú vas contando penas los demás se escapan como el gato del agua. Las penas de cada uno hay que tragarlas y por narices, pero las alegrías también y porque si muestras demasiado énfasis positivo, los demás pensarán que estás alucinado o drogado.

En definitiva, que cada uno cuente lo que le sale de los cojones o de los ovarios, porque al final todo se malinterpretará. Lo mejor es poner cara de poker y de que aquí no pasa nada, aunque hay algunos que cuando la ponen, se les queda cara de mala hostia y tampoco es eso. Una sonrisa un tanto cínica, los ojos vivos y chispeantes y demostrar que eres ágil mentalmente, son suficientes para andar por la vida sin que te molesten. Bueno y de vez en cuando soltar un gruñido, para que vean que también muerdes. Y ya está y porque ahora mismo son las 11 de la noche. O sea ¡qué hasta mañana! y buenas noches.