Y ahora ¿como me vería mi madre?, siendo un tío médico un tanto vaina. Pues como médico me vería muy bien y estaría orgullosa, pero como vaina, ya creo que no. Como médico que soy, le gustaría verme activo y tomando decisiones y parloteando con los colegas médicos, pero otra cosa distinta sería verme fuera del trabajo y en donde casi no me relaciono con mi sector de galenos. Y no tengo como un principio, el no relacionarme con los de mi ramo, pero si lo tengo como una sugerencia preventiva.
Yo mientras trabajo, soy médico y soy médico con todas las consecuencias, pero fuera de mi trabajo, soy sobre todo persona y me queda un pequeño trocito como médico. Pero bueno, por fuera soy muchas cosas, soy escritor sensitivo, soy padre de tres hijos, soy amigo de mis pocos amigos, soy pensativo, soy introspectivo, soy reivindicativo y soy el traductor de mis pensamientos y todo esto soy en el día a día. Y hacer todas éstas cosas requiere su tiempo y sus dosis de paciencia.
Claro que siempre se puede ser más, pero el día tiene 24 horas y 8 horas me las paso durmiendo y por tanto, yo hago lo que puedo. Podía no dormir, pero eso no es lo aconsejable y porque no dormir a mí me desquicia y al final, corre peligro mi salud mental. Aunque no lo parezca yo ando siempre sobre un fino hilo y a veces ese hilo se rompe y yo me desequilibro. Ahora cuido mi salud mental y rechazo los peligros que encuentre por el camino. Ahora mi vida significa equilibrio y es todo lo contrario de lo que hacía antes. Antes me encantaba arriesgarme por los vericuetos de los callejones oscuros y siniestros. Ahora en cambio,
me gustan las avenidas a plena luz del día.
Yo mientras trabajo, soy médico y soy médico con todas las consecuencias, pero fuera de mi trabajo, soy sobre todo persona y me queda un pequeño trocito como médico. Pero bueno, por fuera soy muchas cosas, soy escritor sensitivo, soy padre de tres hijos, soy amigo de mis pocos amigos, soy pensativo, soy introspectivo, soy reivindicativo y soy el traductor de mis pensamientos y todo esto soy en el día a día. Y hacer todas éstas cosas requiere su tiempo y sus dosis de paciencia.Claro que siempre se puede ser más, pero el día tiene 24 horas y 8 horas me las paso durmiendo y por tanto, yo hago lo que puedo. Podía no dormir, pero eso no es lo aconsejable y porque no dormir a mí me desquicia y al final, corre peligro mi salud mental. Aunque no lo parezca yo ando siempre sobre un fino hilo y a veces ese hilo se rompe y yo me desequilibro. Ahora cuido mi salud mental y rechazo los peligros que encuentre por el camino. Ahora mi vida significa equilibrio y es todo lo contrario de lo que hacía antes. Antes me encantaba arriesgarme por los vericuetos de los callejones oscuros y siniestros. Ahora en cambio,
me gustan las avenidas a plena luz del día.
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