NOMBRES

Y lo digo, por si no queda claro, que yo en realidad y por bautismo me llamo Javier, pero la vida me dio otro nombre  y ese es Bruno y es el que ahora uso habitualmente y dejo la puerta abierta en lo que me queda de existencia a que pueda adoptar otro nombre. Lo de tener dos nombres, uno oficial y otro de guerra, ha tenido sus problemas, pues hay gente que no entiende que si te llamas Javier, vas y te cambias de nombre y pasas a llamarte Bruno y entonces te siguen llamando Javier y por sus cojones te lo seguirán llamando.

Claro que yo también soy muy libre de que cuando me llamen Javier no hacerles ni puñetero caso, pues al fin  y al cabo, es mi nombre y yo me llamo como a mi me de la gana de llamarme, como si quisiera llamarme Pepe o Manuel o Severiano. Bruno me gusta y por eso lo he adoptado. Javier también me gustaba pero en mis tiempos había muchos Javieres y eso era un incordio y un coñazo y además yo soy un Javier muy especial y por eso me llamo Bruno.

¿Queda claro mi argumento?. Y si no queda claro, pues me da exactamente lo mismo y puedo ceder en alguien me llame Bruno Javier y así concilio los nombres, pero tampoco me gusta, pues los nombres compuestos me dan mucho yuyu. Un nombre debe ser sencillo y cuanto más sencillo pues mejor, es como los nombres de los perros, que responden mejor cuando son nombres de dos sílabas, pues a nosotros nos pasa lo mismo y de Manolo se pasa a Lolo y de Severiano se pasa a Seve y de Javier a Javi y de Bruno se queda igual, se queda en Bruno y punto.

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JULIO CORTÁZAR