Yo a veces voy tan lanzado que mis pensamientos se quedan detrás, se quedan pendientes de que yo los vuelva a buscar. Es que me puede la ansiedad, la ansiedad no me deja esperar, ella sigue se ritmo frenético y yo la sigo como un imbécil que persigue algo. Debe ser el ansia, el ansia de quererlo todo, el ansia de exprimirme hasta la última gota y el ansia por querer saber más. Algunos le llaman, el ansia vital.
Y eso que ahora estoy más calmado y sosegado y de cada vez me quedo menos veces vacío. Antes no, antes y hablo hace poco tiempo, era una bestia parda, era una gran confusión mental. Tenía tantas historias que contar y todas a la vez, que no soportaba escribir con tranquilidad. Amaba el vértigo o la velocidad del vértigo, las ideas entraban y salían sin casi dejar poso, porque ya entraba otra y otra más y otra más. Eran ideas en plan metralleta, continuas y sin ráfagas.
El ansia vital.... El ansia vital es siempre querer más. Quieres pensar, quieres escribir, quieres estudiar, quieres alucinar y de cada vez, quieres más. Es una pequeña bola de nieve que a medida que va rodando se hace más grande. Es un sueño que se convierte en realidad y por eso, es tan difícil dejarla escapar. El ansia vital es un agujero negro que atraviesa el cielo y hoy estás aquí y mañana estás allá y pasado a lo mejor ya no estás.
Y eso que ahora estoy más calmado y sosegado y de cada vez me quedo menos veces vacío. Antes no, antes y hablo hace poco tiempo, era una bestia parda, era una gran confusión mental. Tenía tantas historias que contar y todas a la vez, que no soportaba escribir con tranquilidad. Amaba el vértigo o la velocidad del vértigo, las ideas entraban y salían sin casi dejar poso, porque ya entraba otra y otra más y otra más. Eran ideas en plan metralleta, continuas y sin ráfagas.
El ansia vital.... El ansia vital es siempre querer más. Quieres pensar, quieres escribir, quieres estudiar, quieres alucinar y de cada vez, quieres más. Es una pequeña bola de nieve que a medida que va rodando se hace más grande. Es un sueño que se convierte en realidad y por eso, es tan difícil dejarla escapar. El ansia vital es un agujero negro que atraviesa el cielo y hoy estás aquí y mañana estás allá y pasado a lo mejor ya no estás.

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