Hoy siento que estoy de luto, por fuera y por dentro y todo porque tres colgados islamistas, tres pringaos ultraortodoxos, tres imbéciles que se creen que la felicidad está en el cielo y que la vida ajena no vale ni un penique, se han llevado a un montón de personas por delante. Y me importa un huevo que ellos se crean lo que quieran y me importa dos leches que reivindiquen todos sus derechos celestiales y terrenales y que el mundo occidental sea su enemigo, ¡coño!, que se inmolen en medio del desierto.
De duelo estoy y lo estoy con más pena que rabia, aunque a veces la rabia me domina y pienso que si tuviera un arma en la mano, me cargaría a todos los que van de que su pensamiento es el único verdadero y de ahí y en consecuencia, se creen que son los verdaderos profetas en la Tierra. Estoy de duelo, por la imbecilidad humana, por los descerebrados a los que le queda una neurona, por los asesinos a sueldo y aunque ese sueldo se cobre con ideales paranoicos, por los humanos que necesitan creer que morir es más puro que vivir y sobre todo estoy de duelo, por los que murieron a manos de esos crápulas.
Sino encuentro nombre, sino encuentro adjetivos, sino encuentro forma de describir lo indescriptible y es que el matar en nombre de Alá o de lo que sea, es como besar la mano del Padrino, se la besas y aceptas su autoridad mafiosa. Y yo estoy en contra de la violencia y más si esa violencia se cobra vidas humanas, sí, vidas humanas, vidas que fueron sesgadas por cuatro gilipollas que fueron convenientemente adoctrinados y con la promesa que por su acto vandálico tienen un sitio reservado en el cielo. Y me importa un huevo que me fichen entre sus futuros objetivos y me importa un bledo que me corten los huevos, yo ya lo dije siempre, no tengo miedo, ni ahora, ni nunca, sólo tengo el asco que me producen algunos seres inhumanos.
De duelo estoy y lo estoy con más pena que rabia, aunque a veces la rabia me domina y pienso que si tuviera un arma en la mano, me cargaría a todos los que van de que su pensamiento es el único verdadero y de ahí y en consecuencia, se creen que son los verdaderos profetas en la Tierra. Estoy de duelo, por la imbecilidad humana, por los descerebrados a los que le queda una neurona, por los asesinos a sueldo y aunque ese sueldo se cobre con ideales paranoicos, por los humanos que necesitan creer que morir es más puro que vivir y sobre todo estoy de duelo, por los que murieron a manos de esos crápulas.Sino encuentro nombre, sino encuentro adjetivos, sino encuentro forma de describir lo indescriptible y es que el matar en nombre de Alá o de lo que sea, es como besar la mano del Padrino, se la besas y aceptas su autoridad mafiosa. Y yo estoy en contra de la violencia y más si esa violencia se cobra vidas humanas, sí, vidas humanas, vidas que fueron sesgadas por cuatro gilipollas que fueron convenientemente adoctrinados y con la promesa que por su acto vandálico tienen un sitio reservado en el cielo. Y me importa un huevo que me fichen entre sus futuros objetivos y me importa un bledo que me corten los huevos, yo ya lo dije siempre, no tengo miedo, ni ahora, ni nunca, sólo tengo el asco que me producen algunos seres inhumanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario