Para desgracia, desgracia, están los desgraciados que se arrepienten de haber nacido. Eso si que es llevar unas pesadas cadenas, eso si que es llevar una gran mochila para andar por la vida. Y es que es un tema de actitud vital, si tú te consideras una mierda, recibirás hostias por todos lados. Porque la debilidad se huele, se toca, se palpa y hay gente que es especialista en explotar esa debilidad en los demás y meten el dedo en la llaga y hasta que les sale por el otro lado.
Hay Hienas disfrazadas de personas, ellas huelen la carne putrefacta de la debilidad. Huelen el agua estancada, huelen y tocan la espesura de su cerebro y lo peor, es que no perdonan y no sé porqué tienen que perdonar, pues en realidad, ¿en que les puede molestar la existencia de esos seres sin alma?. Pues muy simple, porque ellos se crecen a base da aplastar cráneos ajenos y se hacen más fuertes y poderosos y porque en definitiva, se alimentan de la maldad propia.
Es un proceso de autofagocitosis, pues se retroalimentan de su propia maldad y les importa una mierda que el tío sin alma se quedara seco de ánimo. Ánimo y Alma, dos cosas que significan lo mismo y ¿que es de un alma sin ánimo y que es del ánimo sin Alma?, si el ánimo es el alimento del alma y es el que le dota de energía eólica y el Alma es su depósito. O sea que no hay Alma sin ánimo y no hay ánimo sin alma, pero las Hienas siempre estarán, ahí.

No hay comentarios:
Publicar un comentario