Pues que nada y advierto que el que nada no se ahoga. Y hoy podía ser un día grande y a pesar de los lúgrubes acontecimientos ese podía se puede transformar en un hecho. Todos los días pueden ser grandes y hasta que nadie demuestre lo contrario en principio son todos grandes. Grandes de tiempo y de espacio, grandes de aconteceres inmensos, de pequeños detalles ilusionantes, de malas o buenas noticias, de sentimientos contradictorios y de luchas por la vida.
Hoy me siento un predicador de la vida y reclamo la vida y reniego de la muerte. Soy como esos colgados que alucinan con la laboriosidad de las hormigas o el como se hace la miel a través de un panel de abejas. Hoy quiero ver y sentir vida y me importa un carajo que algunos me clasifiquen de hortera vitalista. Hoy me pongo el disfraz más positivo, hoy doy cantos de sirena y me enamoro de las cosas buenas. Hoy no lloro, hoy solo me río, hoy no sufro, pues hoy mi corriente solo va en un sentido, hacia la polaridad positiva.
Si y ya sé que algunos pensarán que menudo canuto me he fumado, que no me entero de que va la película y que sería mejor que me retirara a un monasterio budista. Pero bueno, es un momento de lucidez alucinatoria, es un momento de placidez en éste mundo, es un momento de paz interior, es un momento de sentir lo que realmente piensas y ojalá su duración no fueran escasos segundos, sino que fueran años y años de mi existencia y ojalá que la Luna nunca se escondiera y que un trocito de ella me diera más calidez humana.
Hoy me siento un predicador de la vida y reclamo la vida y reniego de la muerte. Soy como esos colgados que alucinan con la laboriosidad de las hormigas o el como se hace la miel a través de un panel de abejas. Hoy quiero ver y sentir vida y me importa un carajo que algunos me clasifiquen de hortera vitalista. Hoy me pongo el disfraz más positivo, hoy doy cantos de sirena y me enamoro de las cosas buenas. Hoy no lloro, hoy solo me río, hoy no sufro, pues hoy mi corriente solo va en un sentido, hacia la polaridad positiva.
Si y ya sé que algunos pensarán que menudo canuto me he fumado, que no me entero de que va la película y que sería mejor que me retirara a un monasterio budista. Pero bueno, es un momento de lucidez alucinatoria, es un momento de placidez en éste mundo, es un momento de paz interior, es un momento de sentir lo que realmente piensas y ojalá su duración no fueran escasos segundos, sino que fueran años y años de mi existencia y ojalá que la Luna nunca se escondiera y que un trocito de ella me diera más calidez humana.

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