La gente cambia pero no tanto, cambia alguna de sus formas, pero su fondo subyace. Su fondo o su personalidad. Porque a veces uno se hecha faroles a si mismo y piensa que por cuatro detalles ha cambiado muchísimo y en realidad sólo ha cambiado un poco. O sea que un tío que era legal, se puede desviar unas cuantas veces, pero al final, tiene muchas posibilidades de volver a ser legal. Y un hijo de puta, pues también.
El sello de como somos lo llevamos desde el nacimiento y la vida sólo nos enseña a limar las asperezas. Porque últimamente me encontré a gente que no veía desde hace muchos años y para mi, me resultaron inconfundibles, eran los mismos pero con pequeños matices. Pero nada de grandes cambios de personalidad, nada de grandes transformaciones, el fondo de esa persona era igual, salvo por algunos cambios en la carcasa y en las formas de plantearse las cosas.
Lo que si cambian son los estados de ánimo, pues por el paso por la vida a algunos los deja jodidos y a otras les siente de rechupete. Pero después de 40 años identificas a esa persona perfectamente y además pasa, que sabes como va a reaccionar (claro, si llegaste a conocerla de aquellas épocas). Pero bueno, lo que yo quiero decir, es que su comportamiento básicamente es el mismo y no es una fotocopia, pero casi. Pues yo era uno de esos engañados que pensaba que igual que se puede cambiar de sexo, se puede cambiar de personalidad. Y es que en el fondo ahora me doy cuenta que yo no cambié tanto, que pasé una época muy mala y una vez superada volví a adaptar mi personalidad de cuando era un chaval.

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