Cada día y en cada día repaso el número de visitas o sea veo el número de páginas leídas y ya se hizo costumbre y ya lo llevo en los genes. ¡Hombre! siempre espero que algún día éste blog salga despedido como un cohete, pero en el fondo, me temo que no. Porque éste blog no está hecho para mayorías, está hecho para unos cuantos pirados como yo y porque así ha sido creado y porque esa era mi primera y última intención. Además, me gusta ser minoritario, me gusta ser como un perro arrinconado en la perrera y es que dentro de mi look está escrito: tío tienes que ser minoritario si queires conservar tus pensamientos. Porque sé y lo sé, que cuando uno cruce la barrera o la frontera de la fama, los pensaminetos e ideas de uno, se amoldan a los de la mayoría y adiós, al sello que te identificaba como persona.
Uno se conserva como es, mientras no te mareen los números estelares, mientras no te hagas una estrellita que sólo se acicala. La pureza de las cosas se conservan mientras no te entre la onda de divo. Porque no nos olvidemos, un divo no siempre es un tío supermillonario que hizo todo tipo de películas y que escribió nosecuantos libros, no señor, un divo puede ser cualquier asfixiado que anda por el mundo, que por eso de relativa fama, la que puede dar unos millones de entradas, se sube a su parra y después, ya no hay quién lo baje. Vamos, lo que es un divo en pequeñito, pero que puede ser tan gilipollas como el otro gran divo.
Por eso está muy bien darse un repaso de vez en cuando, ver como estás de ego y como lo gestionas y si te has pasado dos pueblos, pues te metes una ducha de agua helada y pones al ego en su sitio. Ante todo mucha tranquilida dijo Napoleón Bonaparte, que por cierto de ego debía estar más que sobrado, pues eso, tranquilidad y buenos alimentos, que aún tenemos por delante un buen trozo de vida. Y todo se andará, dijo Jesucristo cuando caminaba por las aguas y es verdad, todo se andará y como arrieros que somos, por el camino nos veremos.
Uno se conserva como es, mientras no te mareen los números estelares, mientras no te hagas una estrellita que sólo se acicala. La pureza de las cosas se conservan mientras no te entre la onda de divo. Porque no nos olvidemos, un divo no siempre es un tío supermillonario que hizo todo tipo de películas y que escribió nosecuantos libros, no señor, un divo puede ser cualquier asfixiado que anda por el mundo, que por eso de relativa fama, la que puede dar unos millones de entradas, se sube a su parra y después, ya no hay quién lo baje. Vamos, lo que es un divo en pequeñito, pero que puede ser tan gilipollas como el otro gran divo.
Por eso está muy bien darse un repaso de vez en cuando, ver como estás de ego y como lo gestionas y si te has pasado dos pueblos, pues te metes una ducha de agua helada y pones al ego en su sitio. Ante todo mucha tranquilida dijo Napoleón Bonaparte, que por cierto de ego debía estar más que sobrado, pues eso, tranquilidad y buenos alimentos, que aún tenemos por delante un buen trozo de vida. Y todo se andará, dijo Jesucristo cuando caminaba por las aguas y es verdad, todo se andará y como arrieros que somos, por el camino nos veremos.
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