LA PUTA REALIDAD

A veces te esfuerzas como un Jabato y ¿para qué?. Para que se hundan tus estadísticas de visitas y aunque te dejes lo ojos y la vista y aunque pongas los cojones sobre la mesa, la cosa tiene su propia cadencia y es que las olas del mar van a su bola y eso es lo que tienes que comprender, que las cosas van su puta bola y que tus deseos, son castillos de arena y que siempre se los lleva la marea. Y yo no soy de los mendigantes que suplican y más bien exijo y exijo que si me quieres leer, primero me tendrás que entender y eso requiere uno o dos cursillos, eso requiere horas y horas y eso requiere tener una base de datos.

Porque los datos son importantes y es más, el que empieza con una rosario utópico de deseos y de excelsas reivindicaciones, al final acaba besando al santo y comiéndole a besos sus pies divinos y por eso aterriza en la puta realidad que nos ata. Y uno promete y el otro jura y por el bien del Pueblo yo hago lo que sea y ese sea, se queda en quitarse las legañas de buena mañana y perdón por el retroceso, pero la realidad me llama y eso es como la llamada de la selva, pues tienes que acudir como Tarzán acudió al grito de su selva y por supuesto, de la mona Chita y ahí, se acabó todo el encanto que tiene la serpiente venenosa.

Después vas a desayunar y uno te dice ¿porqué no has participado en el proceso político y bla, bla, blá?. Pues sencillamente porque no creo o porque yo soy ateo y de los santos varones estoy hasta los cojones y de las mentes iluminadas estoy hasta los ovarios y porque me siento bicho asexuado y tengo de las dos partes. Qué me vais a contar ¿que me ilusioné de nuevo? y que llegué a pensar que el mundo tenía una solución y que había tiempo y ganas. Pues lo siento, pues yo ya me apeado de ese cuento y ahora me queda el mismo cuento de siempre y que es ¿que coño voy hacer con mi vida?.


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