GESTORES SALOMÓNICOS

Y la verdad es...es que hoy estoy en modo avión y por tanto, estoy de guardia localizada en mi santa casa y a la espera de una llamada que me active y venga ¡a volar! y hoy será, con un puto mareo de mierda y porque cuando el viento está así y así de cabreado, siento como la comida quiere salir por mi boca...pero lo peor no es eso, lo peor es la especie de zumbido con el que me quedo. Pero como decía el otro: "son gajes del oficio y a joderse toca". Aparte que lo mío, no es el quejarse y porque para eso están los libros de reclamaciones, para escribir tus quejas y para que no te hagan ni puto caso y es que normalmente ni se molestan en contestarte y si te contestan, es para decirte más o menos: "que lo sentimos mucho y esperamos que otra vez no le ocurra lo mismo" y a tomar por culo...

Y es que la única vez que me metí a fondo en estos asuntos de las reclamaciones, salí bien escaldadito...y porque primero, no me hicieron puto caso y porque segundo, me fui a uno de esos organismos pseudooficiales que dicen que protegen a los consumidores y que en realidad, viven más del cuento que de otra cosa. Bueno, pues el tema era del Internet, de que dicen que te conectan el Internet de marras y lo único que te conectan es con la cuenta bancaria y para sacarte la pasta y para sacarte los ojos. Y fueron meses de no poder conectarme y mientras seguía la sangría de mi cuenta bancaria y eso fue, lo que reclamé...que me estaban cobrando algo que no existía.

Pues ese organismo oficial, me dijo que sí, que tenía mucha razón y que ya se encargarían ellos de ponerse en contacto con esa empresa de Internet. Pues me llamaron a los 3 meses y el que me tocó de turno, tenía dibujada una sonrisa de satisfacción en sus labios y porque señores, habían conseguido que de los 400 euros que había pagado, que se redujeran a 200 y todo ¡gracias a ellos!. Y esto se llama solución salomónica o sea, le doy a los dos la razón y éste cuento se ha acabado y todos acabaríamos como muy buenos amiguitos y dándonos besos de mutuo agradecimiento. Pues ya veis en que consiste la defensa del consumidor, en hacer cambalaches con la empresa que te cobra por su puta cara y por su gran poder y tú, como eres un don nadie, le tienes que estar más que agradecido. Pues pasó lo que tenía que pasar, que los mandé a la mierda directamente y porque mi tema de fondo, era el como se podía cobrar por algo que no había podido usar...¿y que conclusión saco?, que el mundo está lleno de gestores salomónicos...

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JULIO CORTÁZAR