ALUCINANDO EN SECO

Yo me centro en lo que puedo, que es lo mismo que decir, me centro en lo que me dejan, porque por mi me centraría en un millón de cosas, pero pasa que mis neuronas se cansan y se desgastan, es que en eso somos seres muy limitados. Y hubo veces en que desafíe esos límites y me puse y al mismo tiempo, a arreglar o a pensar un montón de cosas. Problema: que entre en confusión astral que es algo parecido a lo que en la Tierra se llama, Locura. Sí, yo hay veces que aluciné en seco o sea sin drogas alucinógenas, sin nada, sólo con mi adrenalina a tope y con mis endorfinas por las nubes y eso y os lo juro, que sí que es alucinar, pero de verdad. A su lado los demás alucines saben a sintético, saben como a plástico reciclado, como una mezcla de anfetas y con un deje a laboratorio, en cambio alucinar en seco no tiene nada que ver y ¿porqué?.

Pues muy sencillo, para alucinar en seco te tienes que sentir un semidios, por no decir un dios verdadero, no sé, tu piel se cubre de escamas, tu sensibilidad cuelga de un hilo y tus sentimientos se convierten en manantiales de felicidad. Tienes la fuerza de 20 caballos, no duermes porque no lo necesitas y si sueñas es con algo grandioso...y ¿que os puedo contar del despertar?...pues el despertar es más alucinante, todo te impresiona y te gusta, todo te entusiasma y hasta el amanecer te vuelve loco del coco. A mi me daba por pensar, sentir, escribir, reírme y volver a escribir y esos brotes me duraban largas horas, quizás 16 o 18 horas y con 4 horas que dormía ya estaba como nuevo.

Sacaba fotos a todo y supongo que sería por querer retener esos momentos inolvidables y eran fotos muy malas, pero eso que importaba, porque lo realmente importante era la intensidad de ese momento. Es difícil de explicar para los que nunca han alucinado en seco, porque me faltan palabras y versos para poder explicar semejante tipo de alucinación. Y creo que consumía tanta energía vital que para de alguna manera reponer tanta pérdida energética, necesitaba comer a toneladas. No sé, de una sola tacada y en el mismo desayuno, me comía 2 bocatas y 8 curasanes y después me quedaba tan tranquilo, me quedaba como si nada, como si eso fuera tan normal. Es que es alucinante tener el poder de sacarle punta a todo, a una frase suelta, a un paisaje, a un cartel de la calle, a un coche, a una mirada...

Es decir, todo lo integraba y de ahí salían historias e historias, pero claro y volviendo al principio, creo que a partir de las 8 horas era cuando empezaba a escribir paridas muy mal escritas, como muy desfasadas, como muy sacadas de quicio. Hasta yo cuando las leía después, no entendía lo que quería decir, eran como demasiada abstractas o barrocas o raras...Yo reconozco que he vivido meses en estado de alucinado y no sabéis lo bien que me lo pasaba, nadie podía conmigo, tenía salidas para todo, estaba agudizado y lanzado, sin miedo, sin dudas, sin temores. No sé, me sentía intocable y porque realmente era una bomba explosiva. Y después de vivir semejante estado, creo que en ésta vida ya he cumplido o sea, que no voy a encontrar un estado mejor, admito como posible, un estado similar pero nunca mejor. Y el tema real es que no se donde se encuentra esa tecla, porque sino de vez en cuando estaría brotando, claro que es fácil de decir cuando después vuelves a tu estado de normal, porque si ahora siguiera brotando de continuo, no estaría igual, seguramente estaría encerrado en un Loquero y porque chocaría demasiado de frente con lo que es normal.

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JULIO CORTÁZAR