¡Joder! sigue haciendo calor y si esto es el Otoño que le cambien de nombre y que le pongan "Verano prolongado" porque han llovido dos días, porque hace un calor de cojones, porque no caen las hojas de los árboles, porque no crecen ni las setas más rastreras. Menos mal que mi Helecho no para de dar ramas y ramas y se está poniendo en plan selvático. Me gustan los crecimientos descontrolados, los no planificados, los que te sorprenden gratamente o malamente. Es que me gusta el crecimiento espontáneo y el que se busca la vidilla de cualquier manera. Por eso me gusta tanto lo diferente, lo anacrónico, lo deforme, lo distinto. Hasta la belleza la siento de otra manera, como si la belleza fuera deforme, pero claro dentro de ese concepto de belleza entra la belleza de las ideas, de que sean brillantes, espléndidas, maravillosas y que sean deformes o sea, que tengan ese aspecto tan humano de la debilidad, de la deformidad, de la duda, de los interrogantes.
Es muy difícil de explicar y voy a seguir intentándolo. Me gustan las ideas brillantes pero que a su vez que sean o estén inacabadas o incompletas, me gusta que sean agudas y frescas, pero para ser frescas tienen que ser débiles y quebradizas en su exposición...porque nada ni nadie nace sabido. Me entusiasma la ironía espontánea, la que sale de los adentros y sin pasar por el filtro de la meditación. Y ¿la risa y el llanto?, pues me aplico el mismo cuento, me gustan las carcajadas espontáneas y los lloros por cualquier tontería. Como los besos y las caricias y pongo de condición que sean sin premeditación, aunque en éste aspecto acepto de todo, acepto hasta los besos de Judas...porque ya se sabe que de besos y abrazos no andamos sobrados.
Como decía el otro: yo voy por la calle esperando un abrazo...bueno, yo no tanto...porque hay abrazos y abrazos y algunos pueden resultar asquerosos y en cambio otros, pueden ser maravillosos, pero digamos que soy más tendente a aceptar que a rechazar los abrazos, besos y caricias. Claro que esto es puta teoría, porque después le das un abrazo a alguien y te puede caer una hostia que no veas y eso que hablan y dicen, que los abrazos son terapéuticos y por tanto, que nos despojan de nuestras ansiedades. Y aquí si que no entro, ya he entrado en descubrirme como un bebé y he recibido mis buenas hostias y ni quiero pensar en las que recibiría si fuera dando abrazos amigos. La hipocresía es una mierda, pero claro, siempre decimos eso, los que ejercemos de hipócritas, es decir, lo decimos para quedar bien, para parecer sinceros, para dar el pego de que somos buenas personas y porque en el fondo la pregunta es: ¿no volvemos a ser unos hipócritas?...pero como ya somos adultos y adúlteros...que cada uno se responda a si mismo, que creo, que se entenderá mejor.
Es muy difícil de explicar y voy a seguir intentándolo. Me gustan las ideas brillantes pero que a su vez que sean o estén inacabadas o incompletas, me gusta que sean agudas y frescas, pero para ser frescas tienen que ser débiles y quebradizas en su exposición...porque nada ni nadie nace sabido. Me entusiasma la ironía espontánea, la que sale de los adentros y sin pasar por el filtro de la meditación. Y ¿la risa y el llanto?, pues me aplico el mismo cuento, me gustan las carcajadas espontáneas y los lloros por cualquier tontería. Como los besos y las caricias y pongo de condición que sean sin premeditación, aunque en éste aspecto acepto de todo, acepto hasta los besos de Judas...porque ya se sabe que de besos y abrazos no andamos sobrados.
Como decía el otro: yo voy por la calle esperando un abrazo...bueno, yo no tanto...porque hay abrazos y abrazos y algunos pueden resultar asquerosos y en cambio otros, pueden ser maravillosos, pero digamos que soy más tendente a aceptar que a rechazar los abrazos, besos y caricias. Claro que esto es puta teoría, porque después le das un abrazo a alguien y te puede caer una hostia que no veas y eso que hablan y dicen, que los abrazos son terapéuticos y por tanto, que nos despojan de nuestras ansiedades. Y aquí si que no entro, ya he entrado en descubrirme como un bebé y he recibido mis buenas hostias y ni quiero pensar en las que recibiría si fuera dando abrazos amigos. La hipocresía es una mierda, pero claro, siempre decimos eso, los que ejercemos de hipócritas, es decir, lo decimos para quedar bien, para parecer sinceros, para dar el pego de que somos buenas personas y porque en el fondo la pregunta es: ¿no volvemos a ser unos hipócritas?...pero como ya somos adultos y adúlteros...que cada uno se responda a si mismo, que creo, que se entenderá mejor.
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