La verdad es que en la vida las cosas se repiten, pero como van cambiando los protagonistas uno llega a pensar que las cosas son distintas, que no tiene nada que ver aquél amor o desamor con el otro, pero no señor, tienen mucho que ver, porque la crónica del amor y desamor es como una muerte anunciada. Y claro que cada una tiene sus matices, pero son matices y es que en el fondo, son muy parecidas. Enamorarte te enamoras igual, es decir, te quedas en similar estado y repito, cada uno con sus cosas, pero el meollo de la cuestión se repite. Se repite el que alucines con la otra persona, que haga lo que haga te parecerá grandioso y chistoso, que sus defectos los conviertes en virtudes, que todo lo que ella diga te parecerá maravilloso y que suspiraras más o menos igual por la otra persona. Pues la crónica del desamor es muy parecida: lágrimas y lloros, impotencias, arrepentimientos, parecidas añoranzas, vacíos casi iguales.
Y el tema y el verdadero tema es que sabemos que después del amor vendrá el desamor, pero cuando estás enamorado te resulta imposible pensar en el desamor. Lo sabes pero no lo asimilas y porque para nada te conviene en ese momento bajar a la puta tierra real, porque si estás flotando ¿porqué tienes que bajar?...pero en el fondo sabemos que algún día tendremos que bajar. Pero claro eso es como decirle a un tío que está feliz de la vida, ten cuidado porque llegará tu momento de no felicidad y el tío ¿qué te va a decir o que va a pensar?, que si se lo dices es porque te corroe la puta envidia envidiosa. Un tío feliz de la vida no puede escuchar hablar de la no felicidad, además, que la felicidad es un estado demasiado transitorio como para abandonarlo a la primera de cambio.
Es más fácil de explicar del revés. Si tú o yo a un tío que está deprimido lo intentas animar a base de bellas palabras de felicidad, te mandará a tomar por el culo y con toda la razón del mundo. No puedes llenar sus vacíos a base de estrellas fugaces. Tendrás que aceptar su estado y tendrás que darle ánimos generales y sin entrar en grandes y heroicos logros, porque sino lo hundirás más en su miseria. Pues ahora mismo estoy viviendo mi crónica del desamor y por eso me resulta tan difícil poder pensar en el amor, no sé, ahora el tema del amor se lo dejo para los demás...para los que tienen mucha necesidad de amar. Yo ahora y de momento, estoy escaldado.
Y el tema y el verdadero tema es que sabemos que después del amor vendrá el desamor, pero cuando estás enamorado te resulta imposible pensar en el desamor. Lo sabes pero no lo asimilas y porque para nada te conviene en ese momento bajar a la puta tierra real, porque si estás flotando ¿porqué tienes que bajar?...pero en el fondo sabemos que algún día tendremos que bajar. Pero claro eso es como decirle a un tío que está feliz de la vida, ten cuidado porque llegará tu momento de no felicidad y el tío ¿qué te va a decir o que va a pensar?, que si se lo dices es porque te corroe la puta envidia envidiosa. Un tío feliz de la vida no puede escuchar hablar de la no felicidad, además, que la felicidad es un estado demasiado transitorio como para abandonarlo a la primera de cambio.
Es más fácil de explicar del revés. Si tú o yo a un tío que está deprimido lo intentas animar a base de bellas palabras de felicidad, te mandará a tomar por el culo y con toda la razón del mundo. No puedes llenar sus vacíos a base de estrellas fugaces. Tendrás que aceptar su estado y tendrás que darle ánimos generales y sin entrar en grandes y heroicos logros, porque sino lo hundirás más en su miseria. Pues ahora mismo estoy viviendo mi crónica del desamor y por eso me resulta tan difícil poder pensar en el amor, no sé, ahora el tema del amor se lo dejo para los demás...para los que tienen mucha necesidad de amar. Yo ahora y de momento, estoy escaldado.
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