ASÍ ES...

Ahora sí, no hay nada que me pueda tumbar, ni siquiera el amor ni el resto de drogas duras. Porque podré estar jodido o muy jodido, pero no estoy muerto, yo sigo sintiendo igual que antes o quizá un poco menos, quizá no me apetezca tanto querer a alguien, quizá tenga mis reservas o que simplemente, no quiera. Porque vamos a ver una cosa, yo estaba muy bien sólo...si ya sé, un poco loco y todas esas cosas, pero iba tirando y a la velocidad del vértigo...y así fue hasta que apareció ella y como salida de un cuento con todos sus encantos. Y el resto es la película que ya conocemos todos: hubo enamoramiento y muchas mariposas. Pero la realidad es muy cruel, la realidad te pone enseguida en tu sitio y así fue: no pueden existir los amores clandestinos.

No señor, te casas o no te casas, haces pareja o no haces pareja, vives con ella o no vives con ella, pero no puedes pretender hacer tu vida y que ella haga la suya y cada uno en su puta casita de chocolate. No señor tienes que definirte antes de conocer a la otra persona, tienes que decidirte previamente, tienes que comprometerte sin saber porqué...es que es tan difícil de explicar...aunque el realidad es muy sencillo y se trata de definir una relación en función de lo que tú quieres y no en función de lo que la sociedad demanda. ¿Como voy a decidir que yo quiero vivir contigo si aún no te conozco y solo te estoy conociendo?. ¿Como voy a decidir algo que no sé?.

Y aquí sí que importa la edad, pues no es lo mismo decidirte en éste tipo de historias a los 18 años que a los 60 tacos y por una sencilla razón, a los 60 años tienes muchas cosas que puedes perder (aunque también las puedes ganar), pero ¿me entendéis?, tienes mucha vida por atrás y uno no se lanza al vacío así sin más, yo no desde luego y más ahora que por fin me he encontrado conmigo mismo y que estoy disfrutando como un loco. No sé, me quiero y por encima de lo que sea. Cuesta tratar de explicar que estás como dios y que al mismo tiempo, estás jodido, pero así es...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR