De fondo y de no tan fondo se escucha el chaca, chaca...punnnn...que retumba en mis delicados Oídos de sensible ser humano. Aunque todo hay que decirlo, soy más bien duro de Oído. Mi fuerte desde luego no es tocar algo de oído, pero sí me llega para decidir claramente lo que me gusta a nivel musical y lo que me deja de gustar. Tengo el oído suficiente para diseccionar lo bueno de la malo, de lo que a mi me parece bueno o malo musicalmente hablando. Y mi pobre Oído sufre mucho en las fiestas, con tanto cha, cha, chá y con tanto pumba, pumba... Es más se suman y se multiplican las músicas.
Hay la música de la orquesta del pueblo, que suelen tocar cuando los caballos se ponen a brincar con los jinetes encima. Hay la música propia de la fiesta que se subdivide en 20 músicas diferentes (cada chiringuito de feria tiene su propia música y a todo volumen). Hay la música de cada barra de bar que en estos días de fiesta ponen por la calle y para no ser menos, cada bar tiene su propia música y para no perder el hilo del todo, a todo volumen y más. O sea que si te gusta un mezcladillo te vienes a la fiesta de mi pueblo. Mucho regeton y mucha mierda pastelera de pumba, pumba...pero así son las fiestas y así fueron toda la vida.
Uno no va a una fiesta popular a escuchar música delicada y entrañable. Vamos a ver... por donde corre el alcohol a toneladas, las notas más suaves y tiernas de la música se tornan inaudibles y entonces solo funciona el chunga chunga y a volumen total y absoluto. Igual que no puedes ir a una Fiesta a hablar tranquilamente y ponerte a contar tu puta vida....y porque el volumen del todo no te deja y porque para eso tienes todo el resto del año. Quieres cháchara, pues queda para la semana que viene y hoy que corra el alcohol, el sudor y el pecado de la carne que se ponga todo loco.Yo de todas formas, me sigo manteniendo en formol, o sea, sigo en mi casa encerrado a cal y canto y como sigue sin funcionar el aire acondicionado, sudando como un pato en el horno. Pero yo creo que resistiré hasta el final...y ahora mismo se acaba de poner todo loco el campanero...y claro, faltaba esa música de campanas que distorsiona aún más mi sentido musical. Y para remate final, ahora vienen los cohetes y petardos...que deben indicar que ahora mismo empieza la puta fiesta.
Hay la música de la orquesta del pueblo, que suelen tocar cuando los caballos se ponen a brincar con los jinetes encima. Hay la música propia de la fiesta que se subdivide en 20 músicas diferentes (cada chiringuito de feria tiene su propia música y a todo volumen). Hay la música de cada barra de bar que en estos días de fiesta ponen por la calle y para no ser menos, cada bar tiene su propia música y para no perder el hilo del todo, a todo volumen y más. O sea que si te gusta un mezcladillo te vienes a la fiesta de mi pueblo. Mucho regeton y mucha mierda pastelera de pumba, pumba...pero así son las fiestas y así fueron toda la vida.
Uno no va a una fiesta popular a escuchar música delicada y entrañable. Vamos a ver... por donde corre el alcohol a toneladas, las notas más suaves y tiernas de la música se tornan inaudibles y entonces solo funciona el chunga chunga y a volumen total y absoluto. Igual que no puedes ir a una Fiesta a hablar tranquilamente y ponerte a contar tu puta vida....y porque el volumen del todo no te deja y porque para eso tienes todo el resto del año. Quieres cháchara, pues queda para la semana que viene y hoy que corra el alcohol, el sudor y el pecado de la carne que se ponga todo loco.Yo de todas formas, me sigo manteniendo en formol, o sea, sigo en mi casa encerrado a cal y canto y como sigue sin funcionar el aire acondicionado, sudando como un pato en el horno. Pero yo creo que resistiré hasta el final...y ahora mismo se acaba de poner todo loco el campanero...y claro, faltaba esa música de campanas que distorsiona aún más mi sentido musical. Y para remate final, ahora vienen los cohetes y petardos...que deben indicar que ahora mismo empieza la puta fiesta.
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