VENGANZA DE ANTENA

                                  A veces se cuentan cosas, que uno por educación se debería haber callado. Pero es que a veces pasa que salta la liebre y cuando te estás arrepintiendo resulta que ya estás poniendo el punto final de la historia. Después cuelgas lo escrito con ese aire de indiferencia que ponen los malos de las películas. Como si ya fuera tarde para rectificar. Y nunca es tarde para rectificar, así que debe haber algo más. Quizá sean ganas de vengarse. Quizá sea como le pasó a aquella novia que a fin de cuentas fue mi primera novia y que de nuevo y en una jugada de maestro trilero, acabó siendo la penúltima. Pues pasó que por el arte que a veces tienen las redes sociales volvimos a conectar. Y bueno, en un arduo trabajo de escritura y guerra de mensajes y llamadas telefónicas a cualquier hora del día y de la noche, nos volvimos a enamorar. Fueron dos meses de auténtica locura y como vivíamos en la gran distancia (había como 1.500 km. por el medio), sólo nos pudimos ver dos días y fue en Barcelona. Y que dos días y que bestialidad de días y noches. Aquello si que era flotar sin tener que subirse a ningún globo. Pero esto que os he contado en la parte del Lobo bueno y ahora, viene la parte del Lobo malo.

                               Por razones un tanto oscuras y no tan oscuras pero que mezcladas se hicieron muy dolorosas, yo estaba de aquellas enfrascado en mi puto divorcio. Y bueno y en resumen, se mezcló todo: mi matrimonio recién roto, mi novia nueva que vivía a 1.500 km., la custodia de mis hijos, los celos, los malos rollos, las guerras intestinales, las guerras de acusaciones mutuas...y claro al final, acabé petando, Y salvo la guerra por la custodia de mis hijos, por lo demás acabé pasando y no quise saber nada de toda aquella mierda...que en sí no era mierda, pero todo mezclado se hizo un grumo imposible de ser tragado. Pues meses después de ésta historia que os acabo de contar, aquella ex novia no daba señales de vida. No me contestaba ni a los mensajes, ni a las llamadas, ni a los correos. Hasta que un día en que me vi tan apurado y pensando de verdad que le había pasado algo malo, que hasta le mandé varios mensajes preguntándole si se encontraba bien y con señales de alarma y todo. Le preguntaba encarecidamente si de verdad estaba entera y que por favor me mandara una señal de vida.

                              Pues al final me acabó contestando...pero yo sé que se hizo la remolona. Éste tío...el menda éste de los cojones, el que me hizo sufrir como una cabrona durante todos estos meses, pues ahora va a tomar un poco de su propia medicina y durante unos días y otras cuantas horas más de propina, me tuvo en vilo pensando que se había muerto (estamos en una edad en donde todo es posible) o que había tenido un accidente casi mortal y que yacía toda rota y descosida en la UCI de cualquier Hospital de la Seguridad Social. Y entonces la entendí perfectamente y fueron las ganas de vengarse las que acabaron ganando. Y escribir ciertas cosas sobre alguien en concreto, es una forma más de venganza. Como se diría en la Radio, es una venganza de antena.

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JULIO CORTÁZAR