encendí dos velas
arrinconé mis penas en el fondo de una pecera
y al final, apagué la luz.
Para olvidarte,
intenté dormir sí o sí,
y entre vuelta y vuelta
va y se encendió la luz.
Para olvidarte
me corté las venas
y canté una canción que decía
"me olvidé que te había olvidado"
pero ya era tarde para retroceder,
mi cuerpo ya estaba muerto
y mi alma ya tenía su plan de vuelo.

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