Devuélveme los besos que me has robado,
firma y entrégame esa parte que yo te he dado,
y no pongas ni digas nada,
¡tú solo firma!...
hazlo entre el silencio de la noche y la quietud de la madrugada,
cuando las horas se desperezan entre los sueños,
y nos obsequian bostezos sin amo ni dueño,
o cuando me doy la vuelta en la cama
y me despierto con hambre de aire.
Entonces,
es cuando mi visión se hace más nítida,
veo tu cuerpo trasfigurado y deformado por el lento paso de los días,
huelo el suave aroma que queda de tu pelo,
palpo las extensas cordilleras de tus pechos,
me adentro, me salgo,
veo tu cuerpo trasfigurado y deformado por el lento paso de los días,
huelo el suave aroma que queda de tu pelo,
palpo las extensas cordilleras de tus pechos,
me adentro, me salgo,
me vuelvo y me pierdo,
estoy y no estoy,
y al final de ese profundo y narcótico sueño....
aparece la espada de damocles
y resulta que acaba encima de mi cuello
estoy y no estoy,
y al final de ese profundo y narcótico sueño....
aparece la espada de damocles
y resulta que acaba encima de mi cuello
y entonces,
me vuelvo a despertar con hambre de besos.

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