El tema consiste
en ganarse el respeto de unos cuantos,
que no el de todos,
porque todos... suena a demasiado,
a exceso, a desborde,
a pasarse dos pueblos...y perder el billete de vuelta.
Pues eso,
el tema está en ganarse el respeto de unos pocos,
pero sin adulaciones y sin altares de dioses,
todos a la misma altura
y con los ojos bien abiertos
todos de igual a igual
(metafóricamente hablando)
y yo ser uno más entre ellos
y ellos ser tan justos como yo lo he sido
o como me gustaría haber sido
(no todo es tan perfecto).
Y mejor así,
que cunda el desperfecto y la diferencia
que parezcamos iguales desde el espacio
pero de cerca seamos tan diferentes
como un hombre y una serpiente
o como un dragón y un pez volador.
Al final,
nos queda el sello y la esencia de la telaraña
y una estructura de hueso y piel resistente
que nos hace ser diferentes y grandes
y tan imperfectos como únicos.

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