Y mira que en éste mundo hay pedantes y pedantes. Hay pedantes que para hablar o decir, que alguien le cae muy bien o que lo aprecia mucho, tienen que ensalzarlo con desmesura y al final, todo resulta un pastel de crema relleno de nata y dulce de leche. Quién ensalza demasiado, sin darse cuenta, supongo, retuerce demasiado los sentimientos y ya nada queda claro, si es que realmente aprecia y quiere a esa persona o simplemente está haciendo la pelota. Esos epítetos grandilocuentes de que gran persona eres y desbordas humanidad por todos tus poros y eres mi amigo del alma y después nunca los verás juntos y eso que viven en el mismo pueblo. Pero para mí lo peor de todo, es hacerlo en público.
Qué fácil es adular con las palabras, pues las palabras, de momento, son gratis. Y yo me supongo que tanta adulación tiene un fin, que yo no lo sé en concreto, pero el que adula si lo sabe y el adulado, también lo debe saber. Sólo soy yo el ignorante, pero es que visto desde fuera no logro entender casi nada, porque hacer pública en el Facebook, su adulación descarnada y no mandarle un correo personal e intransferible a esa persona adulada, pues perdóneme ustedes, ¡yo no entiendo nada de nada!. Porque parece ser que lo que hay es una necesidad perentoria de publicarlo y para que todo dios se entere de lo buena persona que es y que se preocupa por todos sus amigos.
Vamos que van como los Papas, bendiciendo a todo dios y emanando santidad cristiana. Pues nada, que si no se ha enterado el susodicho, se lo vuelvo a repetir: hay correos privados y personales y donde se puede poner todo lo que uno quiere y así el pasteleo quedará entre los dos señores y punto. Hay pedantes, cursis, estúpidos, imbéciles e hijos de puta y porque todos juntos se podían juntar y agrupar en una Asociación, la Asociación de Impresentables, que seguro que ganan las próximas elecciones.
Qué fácil es adular con las palabras, pues las palabras, de momento, son gratis. Y yo me supongo que tanta adulación tiene un fin, que yo no lo sé en concreto, pero el que adula si lo sabe y el adulado, también lo debe saber. Sólo soy yo el ignorante, pero es que visto desde fuera no logro entender casi nada, porque hacer pública en el Facebook, su adulación descarnada y no mandarle un correo personal e intransferible a esa persona adulada, pues perdóneme ustedes, ¡yo no entiendo nada de nada!. Porque parece ser que lo que hay es una necesidad perentoria de publicarlo y para que todo dios se entere de lo buena persona que es y que se preocupa por todos sus amigos.
Vamos que van como los Papas, bendiciendo a todo dios y emanando santidad cristiana. Pues nada, que si no se ha enterado el susodicho, se lo vuelvo a repetir: hay correos privados y personales y donde se puede poner todo lo que uno quiere y así el pasteleo quedará entre los dos señores y punto. Hay pedantes, cursis, estúpidos, imbéciles e hijos de puta y porque todos juntos se podían juntar y agrupar en una Asociación, la Asociación de Impresentables, que seguro que ganan las próximas elecciones.

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