De tanto andar solo
me he acostumbrado a cogerme del brazo,
a darme la mano,
a comerme a besos
y a verme desnudo ante el espejo.
Me veo solo
pero no estoy solo
mi sombra nunca me ha dejado,
mis sueños no se han volatizado,
y mi alma está sobredimensionada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario