De todas formas, no hay bien que por mal no venga (¿o era al revés?). Lo que quiero decir, es que ella actuó solo pensando en su puto ombligo, pero al mismo tiempo me acabó haciéndome el mejor favor del mundo mundial. Cuatro días de impoluto luto y a tomar por culo mi novia de la Uni con su frase de Lunes lunero cascabelero. Me dejó echo polvo, pero a mi favor jugó que de aquellas un día era distinto del otro y al pasar los cuatro días de luto, el menda se curó ipso facto. Recuerdos de ella y con ella tengo millones, bueno eso es exagerando un mucho.
Pero sí tengo cientos y los mejores siempre versan de aquellas maravillosas acampadas que nos hacíamos en aquellos tiempos. Playas hermosas, vírgenes y salvajes. Para llegar a ellas siempre había que hacer grandes caminatas normalmente por grandes extensiones de arena y así estaba asegurada la tranquilidad del lugar. Pinares colosales desde los cuales siempre se podía escuchar al mar. De noche, recuerdo el fuego encendido de la hoguera. El cielo pletórico de estrellas y esa luna llena reflejada sobre el mar. El mar y su profunda oscuridad del más allá. Y no puedo olvidarme de la luz titubeante de un hermoso faro que ya de aquellas iba advirtiendo del gran peligro que tiene alguna gente. Bruno, cuidado con el veneno de las serpientes de doble cabeza...y Lunes lunero cascabelero y menos mal que en éste caso, la serpiente tenía un hermoso cascabel que siempre avisaba antes de que realmente te matara. Y ya véis, al final no me morí por ella, ni con ella y desde luego, sobreviví a su venenosa mordedura
de serpiente de cascabel...
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