No me quedan uñas para morder.
Mis dedos son carne desgarrada y colgajos de mi piel.
Mis sueños no son los de ayer.
Mis alegrías son infinitas y no se esconden tras de mí.
Las cuatro esquinas de mi calle
huelen a mierda de perro.
Mi querida amiga...
no todos los días son iguales
hay días que salieron malos antes de ser paridos
y hay otros,
que más vale retener.
Y yo me quedo con estos últimos días.
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