Queríamos ser dioses


 Queríamos ser dioses

y vivir en la isla de los dioses

y crecer como crecen los verdaderos dioses

y soñar con el cielo azul suspendidos de una nube.

Quisimos ser tanto,

que la ambición nos fue cegando,

ni dios nos dió permiso

ni tampoco se lo pedimos.

Yo a veces, me siento dios

hasta que me encuentro con un judas

que se chiva al mundo de mi vida.

Y mi vida es pecado mortal

y mis deseos sobrepasan los límites de lo establecido

y por eso a veces me siento el hombre araña

o el hombre que regresa del futuro,

pero no preocuparos por mí,

porque soy víctima de mis propias alucinaciones.

Yo vivo con ellas y no me pasa nada más que lo que me pasa.
















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JULIO CORTÁZAR