Aunque en mi día a día soy un atípico solitario
yo me solidarizo con el que pasa hambre
y con el tiene que nadar en mares oscuros, negros y extraños
y con el que tiene que cruzar desiertos y esconderse tras los bosques
y además, tiene que saltar vallas y alambradas
y para poder llegar a su meta
que no es otra
que no pasar nunca más, hambre.
Soy un solitario solidario
y no ponerme en el dilema
de dejar mi soledad aparte y para ser solidario
y porque tanto monta como monta tanto
y desde mi rincón escondido
abro mis ojos y miro al cielo
y en el veo personas cruzando el mar Mediterráneo.

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