A veces cuando entro despistado en mi blog


 A veces cuando entro despistado en mi blog, de repente me doy cuenta que es mío, que yo lo hice y que yo lo hago y que seguiré haciéndolo e iba a decir y hasta que la muerte nos separe y puede que sea cierto o puede que no lo sea. No me preocupa ese asunto y porque todo lo que hacemos en esta vida y de una forma o de la otra, se acabara rompiendo. La vida está hecha de cristal muy fino y delicado y se puede romper ante un estornudo. Lo de la muerte hasta que nos separe, me suena a vieja película romántica, esa que siempre acaba con los dos protagonistas dándose un beso y a continuación aparece el the end y para que te quedes con la idea de que el verdadero amor es eterno y hasta que la muerte nos separe. Eso mismo decía un compañero mío del trabajo y porque se había colgado de una jovencita comparado con la edad que el tenía, diferencia de más o menos 20 años y el pensaba que había encontrado su pareja ideal y que así y como al principio de su relación, iba a ser siempre. Pero resultó que no, que no fue así y creo que pasaron más o menos otros 20 años y la jovencita que ya era madurita mandó directamente al carajo al que ahora era un viejo pesado y pringoso. La verdad es que el tío era un pedazo de cabrón y con todas sus letras y era de esos tíos insoportables que a lo mejor estaba hablando contigo a gritos o a berridos y de repente sonaba su móvil y resulta que era su mujer y no veas como el menda suavizaba el tono y venga a decir cariño, amor y te quiero y te mando muchos besos. Para mí era difícil de creer lo que veía, era toda una transformación fantástica y extracorpórea, y cuando colgaba el móvil volvía por sus fueros agresivos y faltones y porque además el tío era un facha de mil cojones. Era un retrógrado españolito que quería a su mujer con la pata quebrada en casa. Y así lo hizo y lo hizo con su primera mujer y la dejó tirada en casa mientras ella sufría un cáncer y estaba al cuidado de sus hijos y porque él andaba liándose con la que después sería su mujer jovencita. Pero bueno, uno puede liarse con quién quiera y ahí no voy a cometer el error de querer entrar, pero si tratas a alguien que de momento era su mujer de esa manera que se podría definir, como de tan de hijo de puta, pues puede pasar y normalmente así pasa, que la vida te acabará tratando tal y como has tratado a esa persona determinada.

Dicen que esta vida es como un boomerang y que todo vuelve con más fuerza. Pues el menda y como dije antes, 20 años después, empezó a colgar cosas raras por las redes sociales pero en todas esas cosas que publicaba estaba su segunda mujer por el medio. Raras para mi y para el resto y es que el tío no publicaba casi nada y de repente empezó a llorar que se encontraba solo y venga a colgar fotos de su segunda boda y que la vida sin amor no merecía la pena de ser vivida. Estaba claro que su segunda mujer lo había mandado a la mierda y el menda que nunca supo estar solo, estaba descomponiéndose en pequeños fragmentos de lo que era.

Al final de esta historia, la misma que ahora os estoy contando, tuvo un epitafio final que es muy interesante y el menda recibió del mismo palo que hace 20 años él había dado a otra persona o primera mujer y sus quejidos de animal herido y casi muerto, no sirvieron para nada. Y de ahí viene la enseñanza de todo lo que tú has hecho mal, tarde o temprano, te pasará a ti. Hace tiempo que no sé nada de él y porque compañeros de trabajo así, los regalan en las tómbolas de la feria pero siempre hay algún idiota que hace de tripas corazón y se come el marrón de su agobio y de sus penas. A mi nunca me cayó bien y viendo el fondo asqueroso de todo su comportamiento, lo siento en el alma, pero si se muere o casi, es porque se lo ganó a pulso.














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JULIO CORTÁZAR