Lo mío no es escupir contra viento y marea
o bajo las luces de un hermoso plenilunio.
Lo mío es más de andar por casa
es ponerse una camiseta holgada
y para que el aire penetre
es ponerse de pie ante el que insulta
y ante el que se pone agresivo ante el que quiere erradicar el odio
e insulta un poco más y para cerrar su círculo agresivo
te agrede verbalmente y físicamente
y cuando entra en esa rueda
no sabe como salir de ella.
Son esos pequeños patriotas
que cantan el cara al sol
mientras alzan su brazo y como saludo fascista
y entonces cierran filas
pero lo hacen en torno a su odio
y a su rabia incontinente
y tienen sus ojos inyectados de sangre
y por su boca les salen palabras soeces
que van dirigidas a los más explotados
a los que trabajan de sol a sol
y a un euro la cesta de fruta
y ni asegurados, ni derechos laborales
para ellos, son escoria que ha venido de África
y a esa escoria hay que pararles los pies
y devolverla de donde han venido.
Y todo esto lo están haciendo delante de nuestras narices
y eran otros tiempos cuando actuaban estos perros de presa
y lo eran porque ya estaríamos todos en la calle
y maldiciendo a todo esta panda de nazis.
Estamos dando muchos pasos hacia atrás
y no sé cuando daremos uno hacia delante.

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