Y cuando yo era niño
pero un niño de verdad
y no un niño adulto como soy ahora
y es mi obligación el tener que explicar
que yo crecí como un niño que no quería ser un niño
y buscaba ser adulto cuanto antes
y esa prisas que tuve por ser más grande
me hicieron mucho daño
y por eso en sus tiempos me declararon
como un zurdo contrariado.
Y esa fue mi denominación de origen
y fue la primera vez que me sentí orgulloso de ser alguien
distinto a los demás
y una profesra de biología fue la autora de mi denominación
y como después hice muchas veces a lo largo de mi vida
aproveché el sello que me habían puesto
y porque en el fondo, daba mucha pena
y yo ví la pena compasiva en sus caras
y sin pensármelo dos veces
puse mi maquinaria en funcionamiento
y me dije a mi mismo
hay que aprovecharse de la debilidad de la gente
y me hice víctima de una situación que para mí era un regalo de dios
o un regalo que venía del cielo y no sé si doos estaba en ese asunto
y después conté todo un cuento penoso y deprimente
y no sabéis como he sufrido
y no sabéis lo mal que lo he pasado, y por ser zurdo
y además, de ser un zurdo contrariado
y me adorné de extraños complejos que aún no habían sido estudiados
y de lo mal que había pasado en mi infancia y en mi adolescencia
(que lo de la infancia y la adolescencia, siempre es un plus)
y cuando entré en este instituto
nadie quiso comprender mis complejos
y nadie me ofreció su cariño
y conté todo un montón de penas que fueron inventadas
y de nuevo daba vueltas sobre lo mismo
no sabéis cuanto sufrí
y al final de todo,
yo suspendí aquella asignatura
pero con una capa de pintura dada con mis mejores penas
me salvaron de aquella quema
y la profesora me acabó poniendo un notable.
Y entonces entendí de que va el mundo
y hasta tu peor debilidad
puede ser tu mayor triunfo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario