El día de hoy no es solo un día limitado por sus horas, también lo es porque hoy me toca empezar a currar. Casi 3 semanas de dispendio, pero no de aburrimiento. Pues ahora ya no me aburro, ahora no me llega el tiempo, ¡tantas cosas tengo dentro de mi cabeza!. Pero ahora solo tengo una, hoy tengo que ir a currar. Y maldita sea mi sombra, aún no me encuentro bien del todo, pero como ya expliqué anteriormente, no quiero que me quiten pelas y por estar de baja. Así que iré a currar sí o sí y si por la noche tengo un aviso ya mediré mi grado de invalidez. Lo que tengo claro es que si tengo una Parada, no le voy a decir al muerto, espera un poquito y a que me mejore.
Lo haré y punto, pero también haré, que una vez cumplido el servicio, los mandaré directamente al carajo. Es lo malo de andar por el borde del estar bien o el estar mal y que si vienen bien dadas pues nada, pero si vienen retorcidas, habrá que tomar otro tipo de medidas. Con lo sencillo que sería poder quedar en casa, con la estufa de leña y dándole a la escritura. Hoy no soy capaz de superar ese listón, ese listón marcado por el tener que currar. Me quejo y lloro y no debía hacerlo, solo tendría que decir ¡basta! y poner mis cojones sobre la mesa o ponerlos en la boca de Rajoy.
Así Rajoy sabría a que saben un par de cojones de Médico cabreado. Claro que yo solo contra Rajoy es un tanto desequilibrado, el es el Amo y yo soy, su esclavo. Así es la vida, a veces dura y fría como el acero y ante esto, solo se puede acudir a la santa paciencia. Ya llegará el día de la tortilla y en consecuencia habrá que darle la vuelta y así Rajoy probará lo que es ser Médico-Esclavo y yo me sentaré en su poltrona y cogeré la vara de mando. Pero ese día seguro que me olvido de que sigue habiendo esclavos y amos. Ya sabéis, el poder se sube a la cabeza. No sé, pero hoy creo que sueño despierto
Lo haré y punto, pero también haré, que una vez cumplido el servicio, los mandaré directamente al carajo. Es lo malo de andar por el borde del estar bien o el estar mal y que si vienen bien dadas pues nada, pero si vienen retorcidas, habrá que tomar otro tipo de medidas. Con lo sencillo que sería poder quedar en casa, con la estufa de leña y dándole a la escritura. Hoy no soy capaz de superar ese listón, ese listón marcado por el tener que currar. Me quejo y lloro y no debía hacerlo, solo tendría que decir ¡basta! y poner mis cojones sobre la mesa o ponerlos en la boca de Rajoy.Así Rajoy sabría a que saben un par de cojones de Médico cabreado. Claro que yo solo contra Rajoy es un tanto desequilibrado, el es el Amo y yo soy, su esclavo. Así es la vida, a veces dura y fría como el acero y ante esto, solo se puede acudir a la santa paciencia. Ya llegará el día de la tortilla y en consecuencia habrá que darle la vuelta y así Rajoy probará lo que es ser Médico-Esclavo y yo me sentaré en su poltrona y cogeré la vara de mando. Pero ese día seguro que me olvido de que sigue habiendo esclavos y amos. Ya sabéis, el poder se sube a la cabeza. No sé, pero hoy creo que sueño despierto
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