Intentar saber de que va la vida, es una tarea ardua y complicada, por no decir que es imposible. Es una idea utópica, pero como en todo, si se da un paso más, menos utópica será. Nacemos con la consigna de tener que vivirla y se nos deja en paz tan solo hasta los primeros pasos que damos, después y a medida que adquirimos autonomía ya se nos empieza a exigir responsabilidades y esto es lógico, pues tenemos que aprender a desenvolvernos. Después la responsabilidad va in crescendo y hasta que llega un día en que pesan más las responsabilidades que tus propios pensamientos.Y ahí es donde está el verdadero problema en nuestra existencia, cuando nos vemos superados por nuestras preocupaciones. Pues a partir de ahí ya vamos por detrás de los acontecimientos y ya no tenemos tiempo para crear nuevas ideas, solo las tenemos para ir saliendo en el día a día o para salir de los apuros. La inmediatez no te deja ver más allá del momento concreto. El ir a remolque de las cosas o de los acontecimientos, no deja ningún resquicio para el libre pensamiento. Y en esa medida en que vas a salta de mata, tú espacio cerebral solo es capaz de ocuparse de los pequeños detalles.
Yo viví muchos años a remolque de los acontecimientos y juro que estaba más ocupado mentalmente que ahora, pero ocupado y a la vez agobiado, pues salía de una y ya estaba metido en otra. Aparte que cuando se te acumulan tantas cosas, al principio las resuelves, pero después ya te cansas y entonces ya no decides y solo parcheas o solo te mientes o solo te engañas. De ahí que se van acumulando temas pendientes y ante una tontería de las muchas que hay en la vida, vas y te ahogas en un vaso de agua. Y nunca es por ese problema en concreto que te hundes, es por ese problema y por todos los que no has resuelto.Son círculos viciosos en que te vas metiendo y cuanto más tiempo estés en ellos, más difícil será tú salida. El problema real está en cuanto solo llegues a pensar en que llegue mañana y mañana en que llegue pasado y que pase el día y que desaparezcan los problemas de ese día. Lo dicho, la inmediatez del momento. Claro que todo esto es fácil de decir o de describir, pues lo difícil es decir fórmulas magistrales y para que esto no ocurra. A mi lo único que se me ocurre, es que mientras tengas éste tipo de pensamientos, como los que yo tengo ahora, es que vas por el camino más o menos correcto y porque aún te rebelas para que no te coma la inmediatez del día a día.
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