Si ya sé que yo predico en el desierto y que proclamo al aire y que hago soflamas irreales y utopías irrealizables y eufemismos intragables, bueno todo eso ya lo sé, pero a mi eso no me quita las ganas, al revés todo lo que me huela a utópico me excita y me pone cachondo. Es lo mismo que cuando te echas una paja y te montas con una tía que te atrae una situación idílica sexualmente y te haces y para ti solo, una película porno, y porno tirando a guarrete. Pues con la utopía me pasa lo mismo, pues su solo pensamiento excita mis cuatro neuronas corticales y después ya no respondo de mis actos.
Quizá todo esto se deba a que estoy harto de tanta realidad y de intentar dar alternativas y de pensar sobre el pasado, presente y futuro y sobre lo que yo pinto aquí, aquí en la Tierra. Y más cuando esa realidad casi no merece la pena. Algo si la merece, pues aún conservamos para nosotros un trozo de vida y esa es nuestra y de momento nadie nos la toca. Pero dentro de poco ni eso, pues cuando haya cámaras (que ya las hay) por todas las esquinas y no haya nada de intimidad, entonces ese trozo de vida tan nuestro, desaparecerá como desaparecieron los dinosaurios.
O sea que no pidamos tanta seguridad, porque la seguridad se acompaña de uniformes y por tanto de controles, cámaras y seguimientos. Además que es un círculo vicioso, te ponen más seguratas y más policía y eso dicen que es seguridad y yo que soy muy desconfiado, pienso que no es más seguridad, es más control sobre nosotros. Yo vivo en mi casa de puertas abiertas y nadie me ha robado y el coche nunca lo cierro y tampoco y si se lo llevan, ya aparecerá en otro sitio. Me siento más libre así y así debía ser.
Pero entiendo en que hay sitios en que es imposible hacer lo que yo hago, pero mi reflexión va porque si se pide más seguridad, cuidado con las consecuencias que vienen detrás. Hay que poner en la balanza, las ventajas y desventajas y entonces decidir y eso sí saber que cualquier decisión que uno tome, tiene siempre su contrapartida.
Quizá todo esto se deba a que estoy harto de tanta realidad y de intentar dar alternativas y de pensar sobre el pasado, presente y futuro y sobre lo que yo pinto aquí, aquí en la Tierra. Y más cuando esa realidad casi no merece la pena. Algo si la merece, pues aún conservamos para nosotros un trozo de vida y esa es nuestra y de momento nadie nos la toca. Pero dentro de poco ni eso, pues cuando haya cámaras (que ya las hay) por todas las esquinas y no haya nada de intimidad, entonces ese trozo de vida tan nuestro, desaparecerá como desaparecieron los dinosaurios.O sea que no pidamos tanta seguridad, porque la seguridad se acompaña de uniformes y por tanto de controles, cámaras y seguimientos. Además que es un círculo vicioso, te ponen más seguratas y más policía y eso dicen que es seguridad y yo que soy muy desconfiado, pienso que no es más seguridad, es más control sobre nosotros. Yo vivo en mi casa de puertas abiertas y nadie me ha robado y el coche nunca lo cierro y tampoco y si se lo llevan, ya aparecerá en otro sitio. Me siento más libre así y así debía ser.
Pero entiendo en que hay sitios en que es imposible hacer lo que yo hago, pero mi reflexión va porque si se pide más seguridad, cuidado con las consecuencias que vienen detrás. Hay que poner en la balanza, las ventajas y desventajas y entonces decidir y eso sí saber que cualquier decisión que uno tome, tiene siempre su contrapartida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario