Y hoy hice comida sana y todo fue producto de la tierra menorquina o de un menorquín que la arrancó con sus manos y que después escupió en ellas y para seguir arrancando. Si ya empiezo a desenvolverme en mi ambiente y ya tengo los contactos necesarios y entonces los huevos ya son de aquí y por eso salen duros, porque son duros como en la roca en que vivimos. Y las patatas, que son patatas y que nunca serán como las gallegas, pero por lo menos se aproximan un poquito. Y las lechugas y los tomates y las judías y que hoy comimos con devoción cristiana y dando gracias al señor por dejarnos comer productos de la tierra. Hoy fue todo auténtico y no estaba plastificado, estaba sucio y con la mierda de las gallinas y con la baba de los caracoles de la huerta.
Y es que antes y cuando hacía referencia a los críticos e hipercríticos que hay desperdigados por el mundo, toda la diatriba que solté, era porque el otro día en el curre vino un compañero conductor de ambulancia y nos dijo que vendía auténticos productos de la huerta. Pues nada, que nada más irse el tío, salió el crítico de turno soltando su veneno y claro, seguro que no es ecológico, decía el crítico. Y yo me quedé pensando y cuando a éste tío le preocupó la ecología, pues nunca, sólo le empezó a preocupar cuando le ofrecen productos del campo y entonces sí. ¡Joder! si el tío sólo nos ofreció buenamente lo que trabajó con sus manos y ya está. Lo demás como que sobra.¿Ecológicos sus productos?. pues no o sí, porque el tío iba todos los días a cagar a su campo recién plantado y así lo iba abonando por parcelas y es que hay que joderse con estos críticos. Y eso no lo pregunta cuando va a comprar a una tienda o a un supermercado, sólo se lo pregunta hacia un compañero que ha tenido una buena iniciativa, pero lo que decía antes, que cuando asoma alguna iniciativa, éstos individuos les encanta cargárselas. Yo les metía la ecología por el culo y a ver si con el abono de su mierda salen plantas carnívoras, de esa que lo primero que se comen es al que las crió en su culo. ¡Autofagia!, que se llama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario