No lo sé,ni lo quiero saber,
ahora ya no escucho, ni oigo,
ni confieso los pecados de nadie,
ahora solo digo lo que pienso,
y el que me escuche,
no le pido que esté de acuerdo conmigo,
ni que trate de comprenderme,
pues yo solo me entiendo
y ahora ya sé que yo nací por accidente,
o porque alguien tiró la moneda al aire,
y un 5 de febrero,
salí yo y dispuesto a comerme el mundo,
después ya fue otro cantar,
gritos y lloros,
cánticos y miedos,
risas y valles de lágrimas,
alegrías y miserias,
y 58 años después,
vuelvo al principio de mi pensamiento,
y declaro formalmente,
¡que quiero volver a comerme el mundo!
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