Ahora soy capaz de ver que yo nací iluminado y que el día en que nací, no fue un día triste del mes de Febrero. Lo sería para los demás, pero no para mí, pues a cada día que pasa le encuentro más sentido a mi vida. Por el camino he dejado legados y también malos pensamientos y tuve amigos y algunos los conservo y a otros los he perdido y ahora tengo la suficiente arrogancia para pensar que los que se fueron de mi lado, ¡ellos se lo han perdido!. Pues hoy en día regalo vida por todos mis poros y trabajo me ha costado el comprenderme a mi mismo y sudores y lágrimas y muy malos momentos y tan malos que hubo momentos en que solo esperé la llegada de la muerte con su guadaña.
Pero aquí estoy y como el Ave Fénix resurgiendo de mis propias cenizas. Ahora me siento bendecido, pero bendecido por mis propios pensamientos y también por la clarividencia de mis proyectos e ideas. Y ya sé que suena a petulante todo esto que digo, pero ya no me importa a lo que suene, pues yo no nací para iluminar a nadie, yo nací para ser yo mismo y para iluminarme a mi mismo. Ahora no necesito acuerdos, ni pactos de estado y ni siquiera hacer concilios con las personas, ahora soy libre y dentro de lo que puedo y quién me quiera querer, pues que me quiera, pero que me quiera tal como soy y en todas las dimensiones.
Tengo las mismas necesidades que tiene cualquier ser humano y me gusta sentirme querido y apreciado, pero ahora no dependo de ello y tampoco me vendo por ello. Ahora si cae algo, bienvenido sea, pero si no cae, tampoco pasa nada y no pasa porque me siento bien con mi mismo y sé que además me quiero y me quiero por mi cara buena como por la oculta o mala. Ahora he alcanzado ese punto desde el cual puedo mirarme y sé que soy unos más entre las personas, pero uno más que desde la lejanía se ve que irradia y por tanto contagia. Yo contagio vida y es que la vida circula por mis venas y mi corazón es una bomba poderosa que manda señales de vida. En el fondo, fui un gusano que se arrastraba y una rata de las alcantarillas y en ese medio pasé largos años y de repente me salieron alas y me convertí en lo que soy ahora, en un Extraterrestre que intenta comprender a los humanos.
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Pero aquí estoy y como el Ave Fénix resurgiendo de mis propias cenizas. Ahora me siento bendecido, pero bendecido por mis propios pensamientos y también por la clarividencia de mis proyectos e ideas. Y ya sé que suena a petulante todo esto que digo, pero ya no me importa a lo que suene, pues yo no nací para iluminar a nadie, yo nací para ser yo mismo y para iluminarme a mi mismo. Ahora no necesito acuerdos, ni pactos de estado y ni siquiera hacer concilios con las personas, ahora soy libre y dentro de lo que puedo y quién me quiera querer, pues que me quiera, pero que me quiera tal como soy y en todas las dimensiones.Tengo las mismas necesidades que tiene cualquier ser humano y me gusta sentirme querido y apreciado, pero ahora no dependo de ello y tampoco me vendo por ello. Ahora si cae algo, bienvenido sea, pero si no cae, tampoco pasa nada y no pasa porque me siento bien con mi mismo y sé que además me quiero y me quiero por mi cara buena como por la oculta o mala. Ahora he alcanzado ese punto desde el cual puedo mirarme y sé que soy unos más entre las personas, pero uno más que desde la lejanía se ve que irradia y por tanto contagia. Yo contagio vida y es que la vida circula por mis venas y mi corazón es una bomba poderosa que manda señales de vida. En el fondo, fui un gusano que se arrastraba y una rata de las alcantarillas y en ese medio pasé largos años y de repente me salieron alas y me convertí en lo que soy ahora, en un Extraterrestre que intenta comprender a los humanos.
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