Nada que hoy he bajado a la Tierra de una puta vez y me he encontrado con el mundo del revés. Ahora ya no se hacen las cosas por alguien, ahora se hacen las cosas para joder a alguien y para beneficiarte tú. En beneficio propio, se dice, en beneficio de tu ombligo, diría yo y si tienes que llevarte a alguien por delante, no preocuparos que esos son efectos colaterales. Yo no quise hacerte daño, pero te lo hice y perdona pero yo estaba a otra cosa y cunado me di cuenta ya te jodí. Y ya está todo explicado y el problema está en que el que hace daño, ni se molestó en pensar que podía hacer ese daño.
Las cosas ahora se hacen por beneficio propio. Las cosas ahora se hacen para por encima de todo, salvarte tú. Que dejes a alguien jodido y echo polvo y tirado en la cuneta, debe ser producto del azar. Porque nadie es culpable, el que lo hizo, lo hizo sin querer o eso dice, que lo hizo sin querer. Pues si lo hizo sin querer que se disculpe ¡hostia!, que se disculpe y que asuma su metedura de pata y con todas las consecuencias. Y no vale, te hice daño, pero no te lo quería hacer.
No te quise hacer daño, pero te lo hice y eso es lo que hay que asumir, ¡que te lo hice!.Y que cuesta y es tan difícil de decir, lo siento y perdona y no lo volveré hacer. Somos seres humanos o somos peleles de trapo y cuando hay que dar la cara, se da, sin más. Porque además cuantos corderitos blancos hay por la vida, que funcionan así. Hay muchos y que se lo montan de esa manera: uy¡¡¡ perdona pero yo no te quería hacer daño y eso lo hacen una y otra vez. Y ya está, salen libres como mariposas y ya van a por otro gilipollas que se deje cazar. Corderitos los mínimos, corderitos mejor degollados y además al espeto están cojonudos.
Las cosas ahora se hacen por beneficio propio. Las cosas ahora se hacen para por encima de todo, salvarte tú. Que dejes a alguien jodido y echo polvo y tirado en la cuneta, debe ser producto del azar. Porque nadie es culpable, el que lo hizo, lo hizo sin querer o eso dice, que lo hizo sin querer. Pues si lo hizo sin querer que se disculpe ¡hostia!, que se disculpe y que asuma su metedura de pata y con todas las consecuencias. Y no vale, te hice daño, pero no te lo quería hacer.No te quise hacer daño, pero te lo hice y eso es lo que hay que asumir, ¡que te lo hice!.Y que cuesta y es tan difícil de decir, lo siento y perdona y no lo volveré hacer. Somos seres humanos o somos peleles de trapo y cuando hay que dar la cara, se da, sin más. Porque además cuantos corderitos blancos hay por la vida, que funcionan así. Hay muchos y que se lo montan de esa manera: uy¡¡¡ perdona pero yo no te quería hacer daño y eso lo hacen una y otra vez. Y ya está, salen libres como mariposas y ya van a por otro gilipollas que se deje cazar. Corderitos los mínimos, corderitos mejor degollados y además al espeto están cojonudos.
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