TARDE DEL 7 DE JULIO

Sí señor son las 3 de la tarde y casi no he escrito nada, nada para la media que llevo normalmente. Ya he comido y he comido fugazmente, pues no me llevó más de 5 minutos la faena. Antes, hace unos años era lo contrario, era de comer lentamente y si podía ser, con una tertulia en la mesa. Ya se sabe, esas charlas que se tienen tomando un café y donde se ve al mundo de diferente manera y porque estás con el estómago lleno y porque tienes un toque de subidón alcohólico. Y cuando empieza a bajar el subidón, te empieza a entrar el sueño y vas cabeceando como puedes
.
Pues nada, que eran tiempo ha. Y en cambio ahora engullí la comida como un cerdo y después tomé un café y por eso de tomar algo caliente. Porque con el calor que hace lo ideal es meterte algo caliente en el cuerpo. ¡Tiene cojones la cosa!, pero es que el café a mi me gusta caliente. Frío no, frío me suena a bebida refrescante con sabor a café. ¡Joder!, mira que somos maniáticos y cada cosa en su sitio y porque siempre lo hice así. Porque ahora uno se reivindica y por los años que tiene, pues se considera con el derecho universal a ser como ha sido siempre. Ya es tarde para cambiar, ya no hay quien me cambie y demás frases que se dicen para confirmar que eres un puñetero maniático y de que además, te morirás siéndolo.

Pues la tarde se presenta cojonuda. Otros cuatro recados pendientes y además hay que intentar dar una solución a otros temas muy importantes. La casa, las vacaciones y si me llevo a alguno de mis hijos o me quedo aquí empantanado. Qué quede claro una cosa, por mi voy lo más lejos posible y mi único límite es la pasta. Y ya veremos el como sale la cosa, porque mucho bla, bla, blá y después acabo no haciendo nada.

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JULIO CORTÁZAR