Y al final se dieron de hostias entre aficionados argentinos y brasileños, que fácil es echar carnaza a los perros futboleros y que se maten entre ellos. Los colores de la patria son un sentimiento y un sentimiento que se lleva en el corazón y el corazón es un puto músculo y un músculo muy poderoso, pero el corazón no piensa y porque no tiene cerebro y no siente, porque tampoco tiene alma, sólo tiene fibras musculares y alguna válvula suelta.
Pues resulta que la Patria va dentro de ese músculo y por eso palpita y por eso funciona. Bueno el mío funciona igual y no tiene patria, pero viendo lo que hay, el mío debe ser la excepción de la regla. Debe ser que yo soy un apátrida y con un corazón de prestado o transplantado. Pues nada que entre todos estos zumbados del fútbol y patrias, se dieron de hostias y hasta en el paladar blando y todo porque yo soy mejor tú y tú eres peor que yo y los dos, digo yo, para remate fuisteis eliminados.
Guerra entre perdedores o segundones. Pusieron tanta pasión en la causa, que cuando se dieron cuenta les habían chupado la sangre y la cartera y entonces que otra cosa había que darse de hostias con sus vecinos: Porque dicen que se odian y yo estoy seguro que sí, que se odian los descerebrados que se creen todo el rollo de las patrias y de los himnos patrioteros y que Messi o el Neymar son los mejores del mundo, los demás, los que tienen un poco de cerebro, se quedaron en casa tranquilamente y a continuación se echaron un frío trago de cerveza y punto y pelota y mañana será otro día.
Pues resulta que la Patria va dentro de ese músculo y por eso palpita y por eso funciona. Bueno el mío funciona igual y no tiene patria, pero viendo lo que hay, el mío debe ser la excepción de la regla. Debe ser que yo soy un apátrida y con un corazón de prestado o transplantado. Pues nada que entre todos estos zumbados del fútbol y patrias, se dieron de hostias y hasta en el paladar blando y todo porque yo soy mejor tú y tú eres peor que yo y los dos, digo yo, para remate fuisteis eliminados.Guerra entre perdedores o segundones. Pusieron tanta pasión en la causa, que cuando se dieron cuenta les habían chupado la sangre y la cartera y entonces que otra cosa había que darse de hostias con sus vecinos: Porque dicen que se odian y yo estoy seguro que sí, que se odian los descerebrados que se creen todo el rollo de las patrias y de los himnos patrioteros y que Messi o el Neymar son los mejores del mundo, los demás, los que tienen un poco de cerebro, se quedaron en casa tranquilamente y a continuación se echaron un frío trago de cerveza y punto y pelota y mañana será otro día.
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