MURMULLOS

Por mi ventana ya empieza a entrar murmullo humano. Ya se oyen voces con sus oleadas tan típicas, voces arriba, voces abajo y un silencio y por el medio pasó un ángel y vuelta a empezar de nuevo. Y no me aguanté y acabé saliendo a mi ventana y para ver como se mueve el pescado. Primero que hay menorquines vecinos que veo que salieron de sus grutas y que pusieron sus sillas menorquinas en las aceras. Por cierto que no os lo conté, pero que también hay sillas propias de Menorca, son de madera y con dos telas, una para poner el culo y la otra para apoyar la chepa.

Bueno y que más, pues que el vecino cerdo de enfrente ya empieza a asomar su cabeza y por supuesto su panza. Después y dentro de un poco se comerá un grasiento bocata y con una buenas birras frías y al final, para quedarse dormido y roncando con su linda posturita en la ventana, supongo que será hasta que se caiga al suelo y a ver si un día de estos hay suerte y  se cae de lleno en la puta calle y adiós ronquidos y adiós bocadillos grasientos y por supuesto, adiós pancita de ballena.

Y todo esto bien regado con sudor abundante, porque yo estoy sudando sentado y tranquilito y me caen gotas por la frente, la espalda y por los pelos de los huevos. He visto que la tarima sigue vacía y que no hay músicos ni nadie. A lo mejor me la pusieron para mi y para que haga una disertación sobre mi pueblo o es que el presupuesto va disminuyendo y la cosa no da para músicos vivos, pues nada que saquen fiambres del cementerio y que le pongan una guitarra en sus manos y ya haré yo el papel de cantante. Por dar ideas que no sea, son ideas Ikea, se miran pero no se tocan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR