Tengo millones de pensamientos dentro y sólo soy capaz de expresar cuatro o cinco al día. Estoy muy lejos de mi objetivo, que no es otro que escribir todos los pensamientos. Misión imposible, diría el otro, pero yo, eso no lo digo, pero que tampoco lo descarto. Yo pienso que estoy a medio camino de mi objetivo y estoy justo en el rellano de la escalera, del si merece la pena lo que he hecho y si sigue mereciendo la pena el seguir en la brecha. Son dudas existenciales, dudas que siempre hay que tener si se quiere avanzar hacia algo.
El algo lo tengo claro, lo tuve claro desde el primer día, quiero que mi cerebro se abra como un rico melón y así poder analizar las semillas que tengo dentro. Y ese proceso es muy doloroso, pero también es muy gratificante, depende de los pensamientos del día. Yo no los escojo, son ellos los que me escogen a mi y me hacen decir lo que ellos quieren. Yo soy como el Papa, soy un mero transmisor de las mensajes, en su caso de los mensajes de dios, en el mío de los mensajes escondidos. Ellos me utilizan de cuerda de transmisión y para ello usan mi puta maquinaria.
Algunos le llaman a eso, tener una Musa y que es esa misma Musa
la que te habla. Bueno pues a mi, mi Musa me habla demasiado, me da demasiadas tareas, me da demasiadas ideas y pensamientos y eso al final, me cansa. Porque yo soy de carne y hueso y por tanto mis circuitos son humanos y eso supone que con mucho uso mis piezas se rompen o se desgastan. Vamos que soy un tío delicado y que soy finito y que me canso y que me agoto. Si fuera un hombre de acero, primero que sería Alemán y de pura cepa y segundo que sería un tío frío y poco convulsivo y ya he dicho muchas veces, que soy lo contrario, que soy un volcán en ebullición constante.
El algo lo tengo claro, lo tuve claro desde el primer día, quiero que mi cerebro se abra como un rico melón y así poder analizar las semillas que tengo dentro. Y ese proceso es muy doloroso, pero también es muy gratificante, depende de los pensamientos del día. Yo no los escojo, son ellos los que me escogen a mi y me hacen decir lo que ellos quieren. Yo soy como el Papa, soy un mero transmisor de las mensajes, en su caso de los mensajes de dios, en el mío de los mensajes escondidos. Ellos me utilizan de cuerda de transmisión y para ello usan mi puta maquinaria.Algunos le llaman a eso, tener una Musa y que es esa misma Musa
la que te habla. Bueno pues a mi, mi Musa me habla demasiado, me da demasiadas tareas, me da demasiadas ideas y pensamientos y eso al final, me cansa. Porque yo soy de carne y hueso y por tanto mis circuitos son humanos y eso supone que con mucho uso mis piezas se rompen o se desgastan. Vamos que soy un tío delicado y que soy finito y que me canso y que me agoto. Si fuera un hombre de acero, primero que sería Alemán y de pura cepa y segundo que sería un tío frío y poco convulsivo y ya he dicho muchas veces, que soy lo contrario, que soy un volcán en ebullición constante.
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