¡SORPRESA!

Cuando salí antes a la calle, ¡sorpresa!, me encontré con la calle vacía de coches y con sillas y mesas por el medio y hasta me encontré una plataforma delante del portal de mi casa, Y ¿qué pasa aquí?, me pregunté y porque sino me lo preguntaba era para darme de bofetadas. Pues nada que hay fiesta en mi calle, que ya os conté en que consiste, en vender metralla jipiosa y demás borralla dispersa y entre ellas, el producto estrella, la camiseta menorquina. Pues nada, que tengo delante del portal una plataforma o tarima donde va a tocar un grupo y si me asomo a la ventana, aparte de ver la asquerosa barriga del vecino, siempre rebosante, veo el cocorote de los artistas in vivo.

Si señores en puto vivo y en puto directo. Y yo ésta noche veré la fiesta y por cojones que la veré y la oiré. Ahora si me toca un grupo menorquín aquí abajo yo no respondo de mis actos. Como osen entonarme una canción lastimera y llorona les tiro un cubo de agua encima. Coño que es mi primer día de vacaciones y no estoy preparado para ésta tortura. Sí hasta pensé que el pueblo y su Ayuntamiento, querían rendirme un homenaje y todo por el comienzo de mis vacaciones. Una tarima y para que canten en mi honor las voces más angelicales de la Isla.

Si y ya sé que sueño despierto, pues estoy seguro que parte del pueblo y con su Ayuntamiento al frente, sólo se juntarían delante de mi casa y para tirarme tomates o berenjenas, que éstas últimas por estos lares son más abundantes. Berenjena para desayunar, berenjena para comer, merendar y cenar y es que la berenjena es la dieta menorquina. Con sólo comer berenjenas, adelgazas y además la berenjena te hace cantar mejor, pues si te meten una buena berenjena por el culo, hasta cantas la marsellesa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR