EL REMORDIMIENTO

Sí, todo se acaba y lo bueno, se acaba antes y en cambio lo malo, perdura a través de los tiempos. Lo bueno se hace fugaz y tienen que recordar que en tiempo real has pasado tres días disfrutando de lo bueno, pues en tu reloj mental, solo ha pasado un día. Lo malo ni siquiera lo describo, todos sabemos de que va éste asunto, todo sabemos de maldades y porque nos las hacen o las hacemos. Y el que no sepa, es que es tonto redomado, porque en los angelitos ya hace mucho tiempo que dejé de creer.

Yo pude ser catedrático de maldades y en cambio no lo fui y todo por culpa del asqueroso remordimiento. Porque con solo hacer una maldad, al minuto ya estaba ese gusano mordiéndome por dentro y tanto me mordía, que llegaba al punto del arrepentimiento. Y estoy convencido de que es debido a haber estudiado en un colegio de curas y lo primero que me enseñaron, que uno debe arrepentirse.Me enseñaron eso a mi y a los que padecimos a los curas, pero ellos no se aplicaban el mismo cuento y el arrepentimiento se lo pasaban por el culo o se limpiaban el culo con el.

Y a pesar de que yo renegué de los curas y de la religión católica y apostólica, algo debió quedar como poso y de ahí, que ahora tenga en mi conciencia ese gusano que se llama, remordimiento. Y mira que a mi me encantan las maldades y ante una maldad salto de alegría y doy besos y abrazos al malvado de turno. Pero al minuto ya se presenta ese mal bicho y yo ya no soy el mismo, me da pena el tío objeto de la maldad y pienso que tiene familia e hijos y todas esas cosas que siempre se piensan cuando eres un blandito. Y me doy asco, porque una vez más he renegado de mi forma de ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR