OFENSAS

Es que parece mentira que nadie se altere o como leí hoy, que nadie se ofenda ante tanta agresividad gratuita por parte de los poderes establecidos. Gratuita, gratuita, nunca es y porque tiene un fin muy claro, que es para que ellos se puedan perpetuar en el poder.  Y hoy leí un artículo que hablaba sobre la "ofensa" y que es una pérdida de tiempo y que no merece la pena que centres tus energías en el cabreo. Me llamó la atención una frase de Descartes: "Cada vez que me siento ofendido, trato de levantar el ánimo de tal forma que la ofensa no logre alcanzarlo."

Pues es una opción más de las que hay y además me merece todos los respetos y porque yo siempre intento hacerlo o sea intento, que las cosas no me afecten tanto y por eso la herramienta del humor, se hace imprescindible. Porque el humor te hace ver las cosas de otra manera y además el humor tiene efecto boomerang o sea que la ofensa le llegue a él, rebotada y con más fuerza. De todas formas está bien el elevar el estado del ánimo y para que no te joda demasiado, pero la ofensa sigue ahí y de alguna forma hay que responder a ella.

Porque intuyo y leo, que lo que ponen los que hicieron éste artículo, es que pasemos de las ofensas. Y yo hasta ahí no llego, llego hasta lo de tomármelo de la manera menos dañina, pero ante una ofensa yo no soy capaz de tragar saliva. Tengo que meter caña y estopa y porque me lo pide el cuerpo y me lo reclama el alma y claro, me veo obligado a dejar al otro tío temblando de miedo. O ¿que pasa?, que si un tío te agrede y te ofende, el tío se va a ir de rositas, no señor, el tío va a saber lo que es buena hostia dialéctica y para que además le sirva de escarmiento.

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JULIO CORTÁZAR