EL PODER DE TÚ MIRADA

Como se ve últimamente en las fotos, la cosa va de ojos. ¡Es que me encantan los ojos! y por fuera y por dentro y al revés también. Es que si los ves de cerca, ves todo lo que quiere o no quiere decir una persona, ves el fondo o trasfondo del asunto y por tanto, en la profundidad de su mirada ves el espejo de su alma. Y quién ante tú mirada baja la vista, indica miedo, miedo a que le descubras su verdadero ego. Claro que hay ojos que huyen por esconder un pasado o una mala experiencia.

Mis ojos son verdes claros y estoy orgulloso de que tengan ese color, no sé muy bien el porqué, pero me gusta su claridad y ese verde fresco y crujiente. Y ríen, mis ojos ríen y lloran y expresan mejor el estado de mi ánimo, que mil palabras y gestos. Por eso lo primero que hago por las mañanas ante el espejo, es ver  mis ojos y comprobar su estado. Por ellos veo, si he tenido un mal sueño o al revés, si ha sido maravilloso. Por ellos sé, si algo me ha afectado de verdad, si estoy herido o moribundo, si estoy luchador y desafiante o si estoy pletórico de vida.

Y si yo veo todo eso y más, en mis ojos, también lo veo en los demás ojos, en los ojos ajenos. Hay miradas dulces, hay miradas tiernas, hay chispas en los ojos, hay alegría, hay deseos escondidos, hay confianza o desconfianza, hay un lenguaje tan propio de ellos, que los humanos lo intuímos y sabemos lo que se nos quiere decir, pero que no somos capaces de traducirlo en palabras. No todo es comunicarse con palabras, también valen gestos, las caricias, los abrazos, los besos y sobre todo vale, el poder de tú mirada.

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JULIO CORTÁZAR