TODO ES INSPIRACIÓN DIVINA

Me queda poco tiempo, un cuarto de hora más o menos, para escribir mis últimas palabras en ésta mañana preciosa. Porque me espera el tener que hacer la comida, la comida sabrosona, esa en la que nunca sé que voy hacer y después y gracias a un milagro del señor de los cielos, de repente se me ilumina la cabeza y brotan como los manantiales las mejores recetas. Si todo consiste en estar limpio de conciencia y por supuesto, el no estar en pecado y ya veréis como viene un angelito mensajero y te enseña la última y novedosa receta.

De momento me viene a la cabeza, una rica y espléndida ensalada y con todos sus avíos. De segundo o de tercero, me importa un huevo su orden, tendré que hacer un plato contundente y que deje tiesos a los hambrientos de mis hijos. Un guisote o un plato de cuchareo, unas lentejas, unos garbanzos y ¡cuidado! porque no todos mis retoños comen carne, pero sí pescado o sea el que come carne no le gusta el pescado y el que come pescado no quiere comer carne.

Y yo puedo comer de todo, salvo los ingredientes que sean muy grasosos. Por tanto lo del papeo no está tan fácil. Pero desde que me convertí al Cristianismo católico, dios cuida de mi y me envía por vía angelical las mejores recetas que hacen en el cielo. Y ahora estoy a la espera de que llegue de una puta vez el angelito de marras y ya veremos que comemos...¡Todo es cuestión de inspiración divina!
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JULIO CORTÁZAR