EL REVOLVERSE EN LA MIERDA

Y como siempre pasa, ya me toca la hora de hacer la comida. La hora bruja o la hora de cagarme en todo o la hora propicia para quitarme la vida. Yo en concreto me ahorcaría y como la casa está llena de vigas vistas, me subo a un silla, ato la cuerda a la viga y por último, la pondría alrededor de mi cuello y después... me volvería a pensar y sé que el final, sería desatar la puta cuerda de los dos extremos, bajarme de la silla y ¡ala!... a seguir viviendo. Por eso no hago ni el intento...por como dice el otro, por ser un cobarde.

Pero no es cobardía lo que me atenaza, es más bien que las ganas de vivir me pueden y para ejercer de payaso haciendo el número de la soga, la silla y después bajar de ella, me quedo aquí sentado y tan tranquilo. ¡Coño! que ya he hecho de payaso muchas veces en mi vida y por cierto, que nadie me aplaudió, ni me dieron un premio por ello. Sí, ejercí algunas veces de payaso irresponsable y cuando tenía que demostrar mi madurez y por eso de la edad, resulta que en esas veces fui un pufo de tío.

Porque una cosa es reclamar lo infantil y porque es fundamental mente sano y otra cosa muy distinta, es el autoproclamarse un descerebrado. Y todo por querer hacer lo contrario de lo que pensaba. Me rebelaba contra mi mismo, me odiaba, no me gustaba, no me quería y entonces, sólo buscaba la mejor forma de joderme vivo.Si alguien no sabe lo que es revolverse en la mierda, que no se preocupe, que yo le puedo dar un curso on line y un Master y si quiere hasta le organizo un Congreso.

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JULIO CORTÁZAR