UN SUTIL PSICOANÁLISIS

Lo que queda claro, es que no se puede forzar el estado de ánimo y si uno está jodido no puede aparentar el estar cojonudo, poder puede, pero se le notará y además él mismo se sentirá peor por hacer ese esfuerzo en vano. Igual pasa al revés, que estés tú estés en un buen momento y que quieras aparentar que estás tocado del ala y por las mismas razones que antes. Y si ya eres un tío fluctuante, pues ya no habrá dios que te aguante.

Y es que repasando algunos de mis escritos, me dije: ¿que imagen transmitiré? y como si me importara algo. Pero viéndome a mi mismo y haciéndome un sutil psicoanálisis, lo primero que pienso es que a veces se me va la pinza y ¡de qué manera!. Lo segundo, es que me cabreo mucho o digo que me cabreo por muchas cosas, y después en realidad no me cabreo tanto, porque sino iría apañado. Tercero, que por mucho que proteste y que maldiga, sé nota que me encuentro bien conmigo mismo y por lo tanto, que estoy en un buen momento de mi vida.

Cuarto, que hay temas recurrentes, pero eso es el sello que lleva cada persona, sus recurrencias personales. En algo nos tenemos que diferenciar, aparte de en lo físico, el pensamiento de cada uno tiene sus propias señales identificativas y por  tanto, entran las obsesiones, los sentimientos y los buenos y malos pensamientos. Y eso todo tostado al horno a 270º y durante 50 minutos, sale el molde de cada uno, a medida y bien tostadito y calentito.Yo de verdad, no sé que imagen querría dar, creo que la misma que doy,  la auténtica y la de denominación de origen. Y ese es la quinto punto de mi psicoanálisis, el que me acojo a mi auténtica autenticidad, pues llevo en mi culo un sello que pone: éste es el auténtico Bruno y es de pura cepa gallega.Firmado, la Xunta de Galicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR